Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

martes, 4 de julio de 2023

Tengo unos versos que empiezan con tu nombre pero acabaron sin nada
Un compromiso que se muere en mis brazos

viernes, 7 de octubre de 2022

La sed, la vida
Lo que nos une y nos descompone
Los párrafos de amor que no compongo por no entender 

El lamento de las palomas olvidadas, sucias, podridas de sentir 
Dame asfalto hirviente

sábado, 24 de septiembre de 2022

Tal y como la pequeña planta acepta la llegada del otoño y renuncia a su cobija veraniega, sucumben mis entrañas al frío invernal y digo: gracias, pero ya no se escribir

sábado, 30 de abril de 2022

Beso al clavel que arranqué de mi pecho como besarían las madres a sus hijos no natos

Beso al pan duro que le tiro a los perros como al corazón del que me deshago; majao sin humedad pero expuesto al abril perenne, a la lluvia fuerte que golpea los claveles, con los ojos fríos y los sueños en las ojeras

Las ferias que no recuerdo y que me arrancan del suelo; la memoria, hace tanto tiempo, 
¿y si vuelvo?

Manos raudas que actúan sucias y vanidosas, como los claveles pisados en el albero
siento los corazones llorando, tan llenos de desconsuelo, ay; ya no se acuerdan del verde suelo, del cálido lecho, húmedo y palpitante
Te arranco y luego pienso: ahora que ya quedaste marchito, pequeño clavel al nadie le importa, quizá solo a mi que te observo desnutrido, que ya nadie te huele ni te admira, eres el monte quemado, el callejón sin salida, el sonido de las lágrimas en el suelo, ya tan hecho, tan escurrido, tan decidido sin voluntad propia, sin que fueses tú el dueño de la potestad de tu libertad, de las hojas por las que luchaste, del verde esperanza que me anima, de la madrugá altiva, ni de la feria de las vanidades, ni de tu propia existencia 



jueves, 6 de enero de 2022

El invierno frío remoloneando entre las rejas, riéndose, jugando con la escarcha; el dulce ronroneo de mi corazón felino que calienta y que llama, 
con voz tranquila y paciente, llena de caracoles,
a la memoria que se va

La miel que sudas, la piel ajena, los besos de Judas

Qué fragilidad en la mañana desnuda y temprana, cuando en el rocío encuentro la calma 
Qué tan inexpugnable es tu fortaleza, amor: corazones de aceite que resbalan,
la misma coraza cada mañana, reluciente, inocente, pero de voluntad desnudada

Corazones de libre albedrío, residentes de un pecho arañado por el recuerdo; poeta que siente, que muere y nace en el mismo lecho, al que recuerdo triste y dolido en la infancia, en la memoria que nos mata, en la esperanza ilusa, en la intención prematura llena de ganas
'Estranha forma de vida', canta Amália, en un fado feliz de estar tan triste

Qué tan firme es la piel en escorzo, los besos en reposo,
petirrojo que cantas, orgulloso, los buenos días: ¿a quién le cantas?
¿Al alba sincera, que no engaña?
¿Al sol que calienta, o al que apuñala?
'Al invierno frío que se escapa por tu ventana'

Son los versos del olivo donde te posas, aún dormidos, perezosos y llenos de cariño, los que recuerdo hoy, siglos después, que revisito y me hacen reír: quizá sean tuyos, como el canto del petirrojo y el sol, el alba, el invierno frío que se me escapa

Los versos del olivo, los versos del olvido.


'Que estranha forma de vida
Tem este meu coração
Vives de forma perdida
Quem lhe daria o condão?
Que estranha forma de vida
Coração independente
Coração que não comando
Vives perdido entre a gente
Teimosamente sangrando
Coração independente
E eu não te acompanho mais
Para deixa de bater
Se não sabes onde vais
Porque teimas em correr?
Eu não te acompanho mais'



jueves, 23 de diciembre de 2021

Para mí, hay una sensibilidad especial en el vínculo entre los caracoles y la lluvia

Son como dos versos lentos y contiguos, finos e hirientes, sinérgicos, constantes, y uno debe pisar entre sus letras con cuidado, como entre los charcos de lluvia, siempre y cuando no quiera empaparse los pies y el corazoncito

También hay una fuerza inquebrantable más allá del triste y leve crujir físico de su caracola, que puede tener ecos muy hondos, si uno quiere atreverse a verla, y a oírlos; pues lo que para nosotros es sólo un paso en nuestro poderoso e individual camino,
casi inocente, a veces autómata,
tiene un impacto en su pequeño mundo

Ellos llevan su casita a cuestas, donde pueden refugiarse, casi como un niño bajo las finas sábanas. Seguridad. Esa ilusión, tan frágil como una pequeña concha, que inspira sensibilidad y fuerza; para mí, es la fuerza de ir con cuidado por donde camino, con todo: lo que pienso, lo que digo, lo que hago, lo que piso; para ellos, la de lanzarse a arrastrarse lenta y decididamente a comerse nuestras espinacas, o lo que pillen; para el niño, la fuerza mágica de la imaginación, que cambia la sábanas por una armadura
E incluso siendo adultos, después cuesta mucho cambiar esa armadura por la desnudez, la sensibilidad atenta, la fuerza templada. Serenar la lluvia interna. Tener la paciencia de los caracoles, y del que los espera y los observa.

A mi me inspiran mucha ternura, y me llena de fuerza pensar en su pequeña e importante existencia ... Vivir en el campo es maravilloso, hay miles de hadas, si uno cree en ellas.

'Pisa despacio, pues pisas entre mis sueños', dicen.

'Toda vida es preciosa', pienso.


miércoles, 15 de diciembre de 2021

Ese punto está tenso, deshazlo en una coma,

A los poemas hay que darles tiempo
Una pausa necesaria, una pausa de verso

Ese punto está tenso, deshazle su rabia
Dale amores; 
Me camelas, moreno.
Dame amores, un plural sincero
Este punto está tenso, lleva trabajando todo el día, son demasiados latidos, ay, dale amor
Una coma, una pausa, algo
Tres segundos de silencio, al menos

Me paro a tejer porque construir con las manos se me antoja como caminar. Llegar al destino por nuestros propios medios. Los propósitos, cumplidos paso a paso. Con sus pausas, sus comas, sus músculos tensos. 



Cuando el miedo llega, con su boca de mármol, y nos congela la voluntad
Volver a los antiguos poemas es difícil. Ya no soy el mismo. No sé escribir como antes, con el fervor adolescente y el ronroneo de un corazón felino, independiente, herido. Para mí, todo esto es nuevo cada día. Los mil corazones, las mil dagas, las mil heridas. Son las mismas, pero yo no. 
Cuando el miedo llega, con sus ojos de obsidiana, apuñalando nuestra capacidad de decisión; 'no sé qué decir', digo. 'Si tiene que ser, será', pienso.

¿Cómo puedo volver a donde ya no estoy? Es que ya no soy el mismo.

miércoles, 16 de junio de 2021

Reconectar con la poesía es recordarse a uno mismo desde el corazón 

jueves, 30 de julio de 2020

Veo en su cuerpo la luz de un poema nuevo
Líneas curvas llenas de espejos
Pozos, vacíos, lo etéreo
Asimetría perfecta, en sus curvas rectas, veo crecer la hierba de nuevo en las cenizas viejas, me dicen, ains, que susurran sus labios de cera

miércoles, 27 de mayo de 2020

¿Cómo era escribir en pasado?
En música que ya ha sonado
Canciones de memorias pasadas, el freno de la voz en el punto y coma; sí
¿Cómo es el compromiso de la duda, de la pregunta?

sábado, 4 de enero de 2020

No sé si escribir o escribirme
Dedicárteme los versos que se caen como erratas desde el papel al frío mármol del recuerdo yacente, frágil y dormido.
Remover ese verbo personal,
¿cómo recuperó la voluntad?
¿cómo recupero la voluntad?
Si estos versos son para mí y al amor, ¿es egoísta? ¿monstruoso? 
¿Es un portazo sordo, inmundo, recordando el sonido frágil de espejo cuando la marcha y la ausencia suceden de nuevo?

Quizá es el interrogante la facilidad de poema
Si lo encajo en verso, en mi cabeza cabezota, ¿funcionará?
 

lunes, 28 de octubre de 2019

La mano que rompió el hielo; a lo hecho en tu pecho

La aceptación del dolor como parte de la sanación, sin paliativos;

hay una poesía volando en este patio de luces:
se queja en voz de anciano olvidado

Las plantas lo sienten; el recuerdo sigue líquido
Tengo un alma de doble filo: cantarina, carabina 
El ego espeso, denso, untado en manteca rancia
Se desliza bocabajo por el patio, gimiendo y comiendo terreno
Desciende, me mira, coge y me dice, 'monstruo', y se ríe
Mi dolor senil, cortante e hiriente como un verso
Una anciana y vecina voz se cuela patio abajo:
'llama a urgencias'

'No', dice mi amor; 'acéptalo, sánalo; lucha contigo'
La paciencia es letal.

Tengo este verso herido; en su punto y su coma inmenso, ahora llegan tus besos y tus brazos alados de espontaneidad culminada, vuelo aterrizado en la piel ajena, compartida y serena

¿Se parece esto a un poema infinito?




martes, 25 de junio de 2019

De vigilia interna bajo el acebuche

Con sus sombras y su mecerse al viento
Tranquilo, sereno
Las gramíneas, el cuerpo
Alterno el monte por tu cuerpo
De vigilia, vigía, mira en lo hondo del pecho, rebusca, escarba;
¿qué esperabas, si ya no sé qué decir?

miércoles, 22 de mayo de 2019

Si tenemos cinco minutos para un amor que no ha nacido
Que se manifiesta en sueños dormido
Y las urracas lo despiertan a llanto vivo al alba
Si lo tenemos, corazón, cántame al oído

'its better to burn out
Than to fade away'

jueves, 14 de marzo de 2019

Un impulso me devuelve a las líneas ;
Por la noche siempre, despacio y tarde, me vuelvo a decir; espera, no sé si en primera persona, o en tercera; me se vuelve a decir: ¡despiértate y vive!
Por el sol naciente, su verbo volver siempre traspuesto. De lado. Sediento.

Marginando los versos a otro párrafo. Desterrándolos del continuo espacio del presente. Se me olvida volver.
Con el corazón palpitante, rápido y volviendo, pero se olvida la palabra escrita, con los meses y el sinsentido del verbo transitivo y divino. Aleatorio.

jueves, 12 de abril de 2018

Poema infinito

Tu boca de palabras escritas me pide lo bonito
y a mi me viene a la cabeza la sangre azul del pescado y su aleta dorsal que corta como la ausencia
el poema siempre llega, yo pienso; dame tiempo, caricia y lamento
la versión de un amor invisible e inhóspito
un corazón que es nuevo susurra, con voz orgullosa,
'no es el amanecer del amor, no es, no puede ser
no existe para tí
a esta vida no viniste a sentir'
es la voz del miedo que vive también y que rompe las aguas de la certeza con su aleta dorsal de tiburón y de ausencia

y la respuesta viene silenciosa desde dentro, la fuerza, las ganas, mi aliento:
'a pulir entonces el sentir que ya sentí'
la antigüedad del amor como cadena que llevo en las piernas
me roza el camino porque quiere huellas
ahora será ésta de plata y no de pena;
el lastre brillante de volver a escribir

la voz que ofrecen tus palabras es silencio
sé que no existes y eres ajeno.

'Me abrazas por dentro y me pasas los deseos por la espalda, haciendo cosquillas hasta que me quede dormido'

Este poema no tendrá fin
será eterno aprendiz de la prudencia;
volverá entonces el poema que podría ser tuyo, si rimara con la ausencia

Son versos y mas versos , todos en mi cabeza , recitándose, riéndose, besándote en la frente
Recitales de una mente demente
paciencia es su palabra luminosa
brillante y comprometida
paciencia es la bendición recibida
la voluntad y el compromiso hacia ella.

La confianza me es de piedra por las noches cuando siento dudas que arañan el pecho del poeta y una voz que es de la tierra me cuenta el cuento del amor y del lamento y me da de beber el recuerdo líquido del esperma olvidado en la memoria del amor y la carne que se vuelve gris, la muerte que acecha, y las esquinas se redondean para dejar rodar una imaginación por el suelo que no para de gemir pensamientos y emociones, imágenes, caricias y esos lamentos de un amor memorial olvidado en el esperma espeso ya del cadáver que me puebla las entrañas y no entiende de comas ni puntos finales que no para de reír con su boca de mármol y granito y esas palabras que no dice me las grabo a sangre en la piel de mi pecho para no tener que olvidar de nuevo que ese amor infinito no viene de fuera si el que brota de dentro se compone de retales, y solo piensa en puntos finales.

Por el precipicio de la incertidumbre he caido
y en el agua he sentido la caída
en el aire solo había certeza de muerte
pero al filo de la navaja lo llamamos seguridad cuando desnudos bailamos en el desfiladero del miedo porque el cuerpo tiembla y la vida creemos que es la causante de la adrenalina
¡y no existe la caída!
desde el corazón la altura , desde la mente la llanura, en el cuerpo la emoción solo tiembla pensando en la idiotez de la expectativa y sus ganas de ser de una vez la realidad resolutiva que pondrá fin a la herida
pero, yo, en mi primera y plural persona, de múltiples individualidades, mi yo del ahora roto y complejo, solo entiende que la expectativa es la muerte de la voluntad.
Creer que llega como la marea, y no saber que el mar está dentro, que el amor es solo un reflejo
'ni príncipes ni princesas y arrancada pobre flor solo buscaba algo mejor'
la cabeza solo gira detrás del poema que no entiende de mareas ni caídas
Ese que sincero me daba la expectativa
y este que , honesto, fiel , compañero,
me da la salida.

La quietud de las emociones y la ironía hipócrita; tanto rezar a la paciencia y acabar rasgando el tiempo por querer conocer la vera del cuerpo y su alma
la bahía que te nutre y que me llama
esta noche no quiero palabras
por un sueño que es de agua deslizan los temores sus aletas y me vienen a recordar el terror el pavor el horror de la bienvenida que no viene por impaciente
querer el amanecer al despertar de madrugada y el refrán que acompaña estas palabras

Ronronea por los dos, corazón de maullidos, para sanar la piel y las nubes de tormenta
ronronea a través de este cuerpo, de los pelos, de los versos, ronronea con los dedos, con los besos, con los miedos
que tu vibrar sea el motor de este pensamiento,

la inspiración es fuerte por dentro cuando la droga de los vientos se lleva volando todos los recuerdos de todos los modos posibles en los que la escritura consciente supere al simple y presencial observar de las letras deslizándose en la vista en el corazón en el formato y que se para de súbito cuando se ve frente al momento físico , el río, el fluido y su verbo verdoso, el simple mensaje residente en el silencio, tan simple tan bello tan incomprensiblemente complejo en su manera de simple ser completo, ser sustantivo, verbo, adjetivo, determinante en la manera , en la voz, en la vida

Tu boca de palabras escritas me pide lo siguiente
y a mi me viene al corazón la puerta de tu pecho y el llamar tres veces
por mí, por ti
por la libertad de sentir.


Tu boca de palabras y silencios me pide que entre
que me atreva a recitarte estos versos de frente;
mi boca de palabras marchitas me pide el recuerdo,
ese de la vida que dicen que muere, el recuerdo, de la vida que renace, el recuerdo
la nostalgia de la cadena y el camino
la melancolía hecha los olivos de mi tierra
por tu pecho, por tu corazón de aceite y por la miel que sudas
por ahí resbala el querer reconocerte
porque la vida no muere y el amor trasciende cuerpos y tiempos y para él el espacio es solo un recreo.

el merecer tu querer y quererte hacer merecer

Pausa de verso
el simple renglón de lo ajeno
¿ qué vendrá en el siguiente escalón ?

Tu esencia de madrugada y nieve me llena de calor
una emoción florece en el interior
saber que luchas por tu fortaleza en el corazón, que tienes mil latidos para una ilusión
saber que los mares de tu alma son profundos y serenos y en tempestad cuando han de serlo
ese saber se me enreda en el pelo y rizo mis rizos buscando tu esencia de madrugada y nieve llena de palabras y silencios en bocas que piden lo bonito y lo siguiente

tú, esencia
de madrugada y nieve
llenas de calor mis corazones
inundas de fuego el que nace con las letras y palpita leve, poco a poco, paciente
ahora las noches son fáciles

Sueño que hay un corazón en llamas que en el futuro presente prende fuego a toda mi alma
'como el árbol en llamas que no ardía y hablaba la voz'

Digo que muerdes el cuello y la almohada, los milímetros de la piel recién sembrada, como el árbol en llamas que no ardía y hablaba la voz con un susurro tenue y brillante con la llama de una vela que baila al son de dos cuerpos que buscan en el otro ese fuego interno que sea el árbol y el bosque

No quiero cortafuegos esa noche
quiero que laman las llamas este alma
que sea destrucción y de nuevo la creación
que sea la piel recién sembrada, la carne de hermosas cenizas, crujiente la mirada, quemada, con tus ojos de la tierra, dices que hay un corazón en llamas que viene a prender fuego a toda mi alma, a aprender a prender, y yo me siento de madera como el árbol en llamas que no arde pero se consume en un leve amor que palpita poco a poco por las noches fáciles cuando sopla el viento fuerte de la tramuntana y hablaba la voz que se arrastra desde la distancia para extender este poema que tiembla de ganas de ser infinito

Tengo un tope en la garganta
y una cascada en la boca
algunas palabras no se atreven a pasar de la tráquea
y las que se rebelan caen deslizantes por la lengua, expectantes por nacer y ser libres
las más tímidas se refugian en la cabeza, recitándose sonrosadas, las más atrevidas se manifiestan en la mirada;
hay un límite que corta igual que el miedo y me nubla todo el pensamiento
me ahoga la voz
pero hay una luz que nace dentro, tenue, una rebelión que empieza desde el cuello, unas palabras rebeldes, nacientes, libres, tímidas rosas de un invierno que se acerca, que se atreven a florecer en el crudo y prematuro frío del miedo; empieza a romperse desde dentro, la costra de palabras secas, cruje y deja asomar la luz y la verdad.

Tengo un tope en el alma
que me asusta y me engaña
tengo un corazón por cada llaga, por cada daga en el alma clavada, por cada ilusión que no nació y cada amor que no sentí;
noto un crujido en los límites inculcados a fuego en mi ser, hay una rebelión que se alza contra la costumbre de estar siempre oculto en las memorias del amor, refugiado de una guerra interna, y noto el tope en la garganta que se cansa de ser silencio en la voz  y la cascada en la boca empieza a caer fuerte y estas palabras chocan con un formato que se parece a un corazón donde reciben cobijo y siento que los límites establecidos por la rutina del miedo se rompen de repente y se baten en retirada

Tengo unas palabras que se expresan de madrugada, improvisadas
y no tengo rimas en la manga
ni ases en la tinta
tengo mil versos y tres heridas para mil corazones
tengo unas ganas que revolucionan el alma y hacen reventar los límites que cohibían toda la voz de estas palabras.

El continente que tienen esos ojos
una geografía en la mirada
un espacio de tierra que quiero cultivar, mimar, cuidar
hay un continente que llena esa mirada
con océanos y valles, verdes bosques, tierra marrón de ojos profundos, casi deja a la noche sin esencia, y rojos versos de cariño me crecen de madrugada cuando pienso en la agricultura que ejercería con ellos y siento que el tiempo es absurdo y la distancia una ilusión que creamos dándole el sentido figurado y hasta literal que creemos merecer

Es por las noches cuando se me apresura una emoción, nerviosa, como la primera flor de la primavera, me recuerda a la infancia que ahora aprecio desde la madurez del alma y el cuerpo y me río, fluyo como el sinónimo de la palabra, hay una corriente que me atraviesa, me río fuerte, las palomas de enfrente se asustan y se arrancan del sueño, como si soy lluvia y me arranco del suelo. Es en esta misma cama donde nació el principio de la boca de las palabras escritas que me pedía y me reclamaba lo bonito de una emoción nerviosa y el miedo al mar que está demasiado en calma y llora por una tempestad. Ahora puedo pararme a sentir en paz un sentimiento que se sostiene en la paciencia y en saber que no florece solo en esta primavera interior, que hay otra flor que brota del frío, que nos arrancamos del suelo pero en compañía, con la boca de palabras escritas que pide lo siguiente y la puerta de tu pecho y del mío, la mía, la puerta de mi fortaleza interior que he alzado para dar paso a este tipo de noches que no había experimentado antes y sin embargo se deslizan suavemente castillo adentro con una luz de plata y luna, iluminando la oscuridad que tanto tiempo ha reinado en este corazón que se me sale del pecho.

Por un poema que se alarga cada noche se desliza una emoción principiante, una experiencia nueva, un corazón infante. Pero otra emoción se arrastra como las serpientes camino a casa, el decir 'sin fin', decir principio, es atar a un sentimiento con los lazos del espacio y del tiempo, existe un temor real a caer de nuevo desde el borde de la cama al suelo duro y de la realidad sentir otra vez el frío aliento que dice 'niño que quiere ser caballero' y que recuerda eso que susurran unos labios de cera, y me paro en seco a tomarme el tiempo como el café de la mañana, despacio, con la coma en su sitio al igual que la piel, a tomarme el espacio con dos pasos en retirada para tener la perspectiva más clara de estas palabras.
Aún así una estrella se rebela en la negra noche y se acerca y me da dos bofetadas por creerme agua sucia y estancada y me dice que corra y que vuele que me suelte las palabras que son el cordón umbilical que siempre me ata al vientre de la muerte y resucite al corazón que siempre temió tener que morir otra vez por atreverse a sentir algo que cree no merecer, que me calle y que escriba, que siga, que no me frene a mi mismo después de tanto pedir libertad en mi alma y misericordia para sus heridas.
Hay un botón en esta superficie táctil que dice 'hecho' y se desborda la palabra ironía por mi lengua pensando a la vez que el tenerlo hecho o deshecho se me asemeja a hacerlo con tu cuerpo, a hacer y curtir como en sueños un amor carnoso y un verbo en presente y no en pasado, porque no todas las emociones son inmarcesibles y las hay que marchitan con los días sucesivos y ya es hora de que se le caigan las putas hojas podridas de tanto negro latir a ese miedo que me aterra desde niño, a esa palabra solitaria que no es aquella luminosa que me brilla en la lengua, cuatro puras letras de flor de escarcha, y se me desarrolla esta prosa improvisada en el formato que dedico a tu existencia porque hay una relación entre esta emoción principiante que se desliza por un poema lleno de recuerdos por venir y todo este tiempo futuro que se ha repetido en mi alma como los cien años de soledad de un libro, en bucle, hay una relación entre el eco de tu nombre y toda la vivencia que me ha impulsado siempre a escribir, y la busco en cada frase que extiende las noches poco a poco en forma de palabras y silencios y bocas que siguen pidiendo.

Poemas paralelos de hojaldre que se superponen con capas grasas
tengo la lección de hoy mezclándose con las ganas
se reflejan, se nutren en simbiosis, un querer y otro querer
la técnica de amasar un corazón y desarrollar amor
no apliques fuerza o crearás nervio
aplica calor para romper el hielo que recubre el recuerdo
las fibras que condenan la elasticidad a un continuo retorno a la forma, como el miedo, los poemas paralelos que son de hojaldre me dan este hambre por conocer, por crear y por amar, pero me dan de comer el desconocimiento para que yo me aleccione en dejarme llevar y amasar a ciegas el porvenir, clavarme el verbo conocer en las sienes y encender una vela para esta oscuridad que tanto tiempo lleva asustando mi yo más pequeño

me entra un calentón y rompo la almohada
la sangre se altera y corre loca por mis venas, se encabrita, la relajo, la excito con la imagen tras los párpados, una mano que sale de debajo de las sábanas me roza el vientre y baja y me entra un calentón que cambia mi armadura por encajes y me suelta las fibras tensas del hambre por conocer y por crear y por amar

hay poemas paralelos que se superponen entre el sexo y el querer, los pliegues de una piel en desarrollo, uno simple, uno doble, otro doble, uno simple
mezclo el saber querer con el hacerte el amor,
amor invertido y el hojaldre también
las lecciones son las mismas y las condiciones también
amor del derecho y el corazón del revés
se me pliega la piel aleatoria de tu cuerpo en la mía, suena el eco de tu nombre con una voz tranquila y serena ahora que mezclo los poemas como quien junta harina y agua y pliega con la grasa de tu piel o la miel que sudas esta emoción principiante y paralela a un tiempo que se acerca desnudo, despacio, y me quita el hambre de la boca

'Que conste que esto no es amor' dice la razón,
'no me exalto solo por las ganas'
Yo le digo, silencio, guárdate la voz tras los colmillos
aquí no hay sitio para tus quejidos

Otoño
las hojas secas de mi pelo lo saben, otoño
has llegado justo a tiempo, tú que les das la voluntad de soltarse y revivir
recibir del suelo la fermentación de la nueva muerte y la vida que vuelve
y yo que hago de ellas la metáfora del amor y la metamorfosis del dolor, me sacudo de la piel las que se aferran al recuerdo triste y líquido, como el perro que sale del arroyo con su pelaje empapado de emociones, me sacudo las gotas de ese recuerdo de esperma y esencia, me sacudo las que se resisten al cambio de estación
hay un cristal empañado en el baño en el que se dibujan con improvisación las palabras y las alegrías
has llegado hoy como estos versos debatiéndose entre la noche y el día
estabas en la cama con una sonrisa
Has llegado como llega el otoño y la aceptación de la cura
yo que germino esta emoción por las noches;
primavera interna de un amor,
mima estos versos en flor

Esta siendo otoño, esta vez en la estancia, en el espacio de esta cama
Igual que llegó, tú llegas

Es real;
hay libertad en tu mirada

Pausa de tiempo, el simple renglón de lo venidero

El tiempo, un aquí y un ahora, la estancia fría, las sábanas limpias, octubre sin heridas
Un corazón que late fuerte y otro también
Si es recíproco no hay temor, nerviosismo virgen de ilusión, para y mira alrededor, coge impulso, ganas, bocas que escriben, no hay distancia
Te escribo aquí desde un latido tranquilo, lento pero fuerte; tranquilo Pablo, tranquilo
Hay una esencia que cuelga en el aire
Dice 'paciencia'

'no me frenes
pero no me aceleres'

Hay una alegría que rebota entre el suelo y el techo, en cada salto un beso, en cada espacio, tiempo; esencia suspendida en el aire, paciencia, no me frenes no me aceleres, déjame fluir, me dice una voz pausada cuando yo me abro el pecho entre las sábanas limpias y ahora y aquí, en la estancia fría, en un octubre sin heridas me dejo la emoción que respire por si sola y entiendo el camino individual que cada pie, golpeado o no, tiene que andar

Pausa de verso, pausa de tiempo
el renglón de lo ajeno y lo venidero
no tiene que ser simple ni complejo
solo tiene que ser, en infinitivo, y ser sincero
no me seas imperativo, hombre azul de los mil corazones, date espacio, dáselo, concédete tiempo, concédeselo
Deja de conjugar el presente según los mil latidos que te nutren
Hay una lección en todo esto que es tuya y nada más; administrar todas las emociones solo con respirar, en cada despertar, la rima no tiene que rimar siempre en un verso ni el corazón tiene que latir solo por un beso
Concédete la ilusión, el momento, conocer y reconocer, desconocer también.
Pero el poema infinito crece cada noche, porque se basa en la palabra amor y su verbo y todas las posibles combinaciones que implican individuo, carne, extranjero del alma, el que viene y el que está, el que se va, lo que se separa y lo que se para, continua escribiendo hombre azul de los mil corazones, niño que evoluciona, niño azul celeste, hombre que creces como un poema, hombre terrestre, y a ti te dedico el momento, estos versos en presente, incluso en distancia, que son todo lo que tengo.

Pero tengo que parar, dormir este poema, que hiberne, que fermente
Tengo que parar y seguir aquí, ahora, terminar lo empezado en esta ciudad que me ahoga con su toxicidad
Que crezca su calima en mis adentros, corriente roja de mis venas y pensamientos, un abrazo desde la espalda entregada a la noche y a las sábanas
Que crezca por dentro, en los recitales de mi mente, con cada movimiento; firme, tenso, suelto, ligero
Con el sol sucio y negro que me apuñala la piel y los recuerdos y el que brilla allí a lo lejos
Tenerte en la memoria, en la palabra escrita de mi conciencia, y no en la boca
Distancia de tu piel, tus ojos abiertos en la serranía, la carne, que crezca por dentro, el sexo erecto, el alma también, corazón, corazones, que crezcan por dentro los besos los versos el momento, no me frenes no me aceleres; susurra el poema que sigue en mi mente 'déjame crecer pero en silencio'

'esto no es una despedida'

porque la sensación siempre es infinita en las pieles aleatorias, en los ojos del cualquiera, los besos que no llegan ni de puntillas a rozarse en las bocas ajenas y escritas
me he precipitado, si, anticipado, por los precipicios de la incertidumbre caminando, y ahora caigo por consecuencia, y ahora en el agua siento la caída, en las manos secas siento el error de estas líneas; se me adelantan los versos a los hechos, y yo, impaciente, no me administro los mil corazones, pero ahora que caigo entiendo la lección justo antes del contacto frío de la realidad y si esto ha sido un sueño, una ilusión como todo lo que veo a mi alrededor, si esto es un juego de pasión y amor, entonces el poema sí que es infinito, porque son versos rojos que se dedican al amor y a la pasión y la emoción en primera persona ha sido la tinta y el formato. Y ni me despido, ni saludo, ni espero, ni me freno ni me acelero; he notado el frío y el viento, la ironía riéndose siempre, solo quiero vivir esto, que sea como tenga que ser; te agradezco a ti, que has vivido en este poema infinito, como el amor, a ti, la lección.

'los versos al amor, y no de amor'

Hay unos geranios rojos de pasión en una pared cualquiera que me recuerdan a la sangre que sale por tu nariz

Un cielo demasiado abierto para la sangre azul del pescado y el comienzo de un poema

Los recuerdos nublados por la nostalgia
La infinidad de estos versos que no acaban
Desarrollados en los márgenes del alma porque el epicentro del formato en blanco se me rebela en procesiones internas

Desarrollado en los márgenes laterales del amor, porque el olor de la almohada se va, la pasión se oculta en otras sábanas, los geranios florecen en sangre viva y yo, que te quiero en flor, pleno, lleno de individualismo, los miro de reojo por no recordar otra vez y poder olvidar de una vez.

Tu boca de palabras fáciles se me marchita por dentro
Tengo al olvido arañandome el pecho; es al contrario ahora, lo contado por lo vivido.

Quiero hablarte del presente, con tu piel emanando su vapor tenue, tibio, de versos inspirados, la miel que suda: el presente se comparte;
el amor que rompe el concepto de unas cadenas definidas
la fuerza de su espíritu, la magnitud de su esencia, y la extensión de las heridas;

quiero decirte que no existe tiempo, distancias ni cadenas, lastres, durezas del alma; una estancia fría, no existe ningún motivo mayor ni mejor que el mismo y constante cambio desarrollado en el presente y en este poema que sigue siendo de bocas e infinito

Veo tu amor moviéndose entre las hojas de los árboles y de mis rizos, sus recuerdos enredados, la materia de ilusiones que deja en rastro, veo como está siendo otoño de nuevo, esta vez por dentro, se marchita el amor que se mueve entre los huesos, el toque de queda, el poema infinito que se acaba, el recuerdo que se va, veo tu cuerpo en sueños gris y sólo, perro de la calle, yendo a por calor a cualquier parte, y pienso que dejarte ir es dejarme avanzar y el amor, si tiene que ser, será.

miércoles, 11 de abril de 2018

Tengo que soltar a este parásito; mi energía siendo fuego, ella sola muriendo, quemando los rastrojos del amor que dejó una piel y una ausencia.
Tengo que matar a este parásito; de mi sangre se nutre y la deja negra, los miedos siempre alerta, esperando aquel resquicio de debilidad para poder lucir de nuevo sus aletas.

'Las noches siempre queman'
Se me atragantan las madrugadas, el corazón que sembraste en el pecho con sus latidos lentos e intensos

viernes, 23 de marzo de 2018

El hambre no se desarrolla sólo en el estómago; es un rugido interno que gruñe por el vacío; o por estar lleno de una nada opaca y negra; el hambre grita desde el hígado, la ira apagada por fin; el hambre muerde desde el cuello, la voz es el bocado; el hambre me toca desde el sexo, la carne es solo un mensaje.
Hay un amor que se ha comido a ese corazón que nació nuevo y falleció joven. Su hambre era gula. Necesidad. 'No pasa nada', susurra el duende en la conciencia; la construcción infinita del amor no conoce límites, el cemento es sólido siempre, no es aire como el futuro. 'Tú tranquilo; vuela fuerte y alto, metáfora de pelo rizado, vuela libre con tus nuevas alas, tú, hombre tranquilo que me acoges con tu pensamiento aquí en tu vida' ahora la estevia renace de su propia nostalgia, que es la tierra, mojada, humedecida por la saliva que sueltan mis comisuras al contacto con el hambre.

jueves, 22 de marzo de 2018

Con su desnudez inspirada
moviéndose sigiloso entre los suspiros
' Aquí, justo aquí, así '
Se desliza entre las sábanas, se mueve entre la cama; ' no me lamas la nostalgia desde la piel '
ponme del revés los versos, que sean el recuerdo inolvidable de las mismas madrugadas repetidas en los pliegues más íntimos del tiempo;

los pliegues cutáneos del tiempo
unas arrugas profundas que vienen desde lejos, un futuro que no se altera pensando en la pereza de su propio porvenir iluminado por la paciencia

Los pliegues obtusos del tiempo
Los que se me juntan de noche entre pecho y aliento
Los que muerden y los que graban a sangre los miedos
De ángulos muertos, fríos y tensos, afilados como palabras
El miedo, siempre atento; se me niegan las sílabas de su esencia de alta mar, de negras profundidades, abandonadas al amor, a la deriva, la esperanza encontrada en la piel ajena

Los pliegues repetidos del tiempo, pienso,  se me afilan solas las palabras cuando se me cuelan entre los pliegues del tiempo los recuerdos que son como agua y dedos y todas las noches los doblo aceptando la paciencia del porvenir y la atención que me otorga el tener este miedo tan usado.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Tengo un trozo de noche que vive despierto, extendiendo la poesía en sábanas frías; el fantasma de una respiración que choca con mi nuca y rebota entre las paredes, quedándose luego suspendida en el aire para el recuerdo de la ausencia.
Tengo ese trozo bailando en mi almohada, no quiere dormir, le recito los versos al amor de un poema infinito que lleva en salmuera ya unos meses, fermentando el corazón para soltarle las fibras tensas que lo mantienen atado a un recuerdo de la ausencia suspendida en el aire, ya sabes. Me da de beber el mismo esperma olvidado en el vientre, como agua de mayo, y yo rompo la necesidad como cortando los huesos de un cordero y pensándola muy fuerte pero muy bajito para que el ego no se entere de esto y me haga coser a preguntas esa necesidad impuesta de hueso frágil, de un te quiero que no quiero; tengo que parar a pensar, clavar los puntos suspensivos en la memoria, y pagar la cuenta de los besos marchitos en los labios de primavera que hoy piden una flor en la piel.
No. Lo siento. No lo siento. La mañana no llega ligera después de desear tanto la luna, como los cazadores de besos que me miran de vuelta a casa, y me camelan en un sexo medicinal que no es ni sano, ni efectivo, desarrollado en los márgenes fríos, como sábanas solitarias, de una calle desconocida de la imaginación.

jueves, 15 de marzo de 2018

El amor no siente en futuro si sus cimientos son de aire

' Silencio '

Cuerpos de sangre y esperma que se arrastran por la memoria; su herida es negra y profunda; amor ornamental, acostumbrado a ser en singular.

Cuerpos yacentes que no respiran el mismo aire; uno es desencanto, el otro es la nada de su esencia marchita y olvidada.

Esos versos del olivo, esa miel sudada en una piel que me quema con su ausencia.
Pero no permito a la melancolía ejercer su destreza de emociones; los cuerpos, sean yacentes o de cualquier materia, no tienen sentido físico sin el alma que los puebla; si este corazón que escribe esto se vuelve de madera, o de hierro, o de sangre y recuerdo: fuego, óxido, esperma y olvido. La fortaleza es inexpugnable, y los cimientos de un futuro, aire.

martes, 6 de marzo de 2018

Aceituna negra de la vergüenza
avísame si un roce ajeno se manifiesta en tu ego; quedas en el plato como la vergüenza en soledad, esperando la sonrisa o la mano atrevida, la última del plato y la primera en sentir el cosquilleo de una mosca en la frente en forma de dedos como miradas que se centran en el deseo inmediato de esta emoción conservada en salmuera.

martes, 27 de febrero de 2018

Qué vienen a buscar, sin contar la sangre, los habitantes de la piel; a ti, vida, me vuelvo a dirigir. Dame el mensaje y yo lo descifraré; con sangre o con tinta lo haré. Clavado en mi piel con fauces de parásito, chupando de mi energía y de mi conciencia.

'sigue'

Será que entre las líneas de mis noches se oculta siempre el significado, estando alerta pero tras semanas sin escribirte; vida, a ti, que animas mi conciencia.

Sigo, busco, escribo; vivo, a ti, vida, te vivo despierto, te siento en mis sueños, como un gato humano que ronronea en el salón de mi padre donde una fábrica de juguetes sexuales comienza a surgir en el patio y un hombre que me seduce en comunión me cuenta, con tu mensaje, el significado que duerme entre las líneas

lunes, 26 de febrero de 2018

Alas rotas, ojos oscuros y senderos prohibidos.

Llevan los latidos el ruido escondido
El aire la pasión oculta
El beso la muerte que acecha.

Vuela fuerte y alto, metáfora de pelo castaño, que me vienes y me llevas
Pero rotas siento tus alas
Rotas de tanto viento, aleteo intenso, verde esperanza marchita en carne ardiendo
Aún asi vienes y te quedas
Y despacio el sentido te llevas
Lo sentido duro e imperativo, roca maciza atada al cuello frágil y en pleno beneficio de la duda, apuesta su cordura en contra del hogar
Las almas que, sinceras, llevan los latidos escondidos tras la carne
Pues impermeable es su nombre, su improvisación y su sonrisa esconden, de mutuo acuerdo, lo que mi imaginación busca
Y encuentra en latidos ocultos tras la ardiente carne

Los ojos como el fruto del olivo,
maduros de tanto ver,
pequeños y oscuros
intensos y jóvenes.

Las miradas furtivas mi morada
Y este poema
-sin quererlo-
vuela hacia ti teledirigido,
entre susurros y obscenidades que a solas asolan y en compañía atesoran.
Hacia ti vuela el sentido.
Y a pesar de los años, los más guarros, sucios, atrevidos, pervertidos, inscritos en la lista más negra del querer, rotos por el tiempo que pasaste sin ti, sin tu oscuro escondrijo, a pesar del pesar de los años más jóvenes y vividos, vuelan hacia ti las sonrisas que se escapan, sin permiso, de esta boca en flor en un día cualquiera donde risa y sonrisa se ríen de que sea broma el tiempo y el espacio, de que las almas atesoran el conocimiento y el amor de vidas ya vividas, dolores sanados, creatividad renacida.

Siento las huellas de tus caricias en mi espalda
como sienten las serpientes
a rastras
el camino a casa.
Allí donde manos rozan piel ajena siento caminos crecer y senderos prohibidos que llevan a mi cama
Sábanas en compañía.
Siento los besos ya fríos en los labios ahora secos del tiempo impío que corta quema y arrastra los cuerpos yacentes.
Los versos quietos a la espera de viento que los transporte siento, y poemas bajo tierra reflejándose en el valor de la semilla.
Siento la lluvia que aún no ha caído en mis rizos
agonía de un corazón curtido de latir.
Siento.
El roce de unas pestañas atadas a párpados inquietos que no dejan de volar,
que protegen y atesoran aquello que quiero
La mirada que sale del negro ver, que hace de mi alma abismos.
Que deja a oscuras este cuarto,
que funde y estalla bombillas, fuego apaga y calma inquieta.
Pues tus ojos están hechos de la más negra noche
Panteras en la oscuridad.
Ojos listos para cazar.
Y mi yo más valiente los observa de frente
mientras hundo mi cuerpo en el tuyo,
como quien sumerge las penas en alcohol para heridas.
Así es la noche juntos
Aunque fugaz y temeraria tu compañía fue,
las huellas de tus caricias siento aún en mi espalda.

jueves, 8 de febrero de 2018

Un corazón

Una comunidad de corazones reside en mi pecho

Una emoción por cada corazón y viceversa, universo, pluriverso, cada día uno nuevo, cada día uno menos, por las noches todos cantan en coro y su eco recorre cada rincón de este pequeño cuerpo que he elegido y su silencio dice que sienta, que si, que he venido a sentir, y a pulir lo que ya sentí, que el verbo sentir es mío y lo comparto con una humanidad que se deshumaniza y mata a sangre fría cada día un corazón cuando salgo a la calle donde los coches siguen sangrando petróleo
en esta ciudad cada vez me siento más fuerte y el compromiso con mi quehacer se enriquece
en esta ciudad atascada de gente me muero de soledad y revivo en una compañía que solo mi esencia individualista es capaz de nutrir

Para esa comunidad de corazones las emociones son simples renglones que cuentan en cada espacio una historia diferente
por cada latido un verso, distinto, en cada corazón vive una emoción, residen los miedos en la sangre oscura del corazón negro, un amor profundo como la noche habita la morada de mi corazón más antiguo, un amor maternal, fraternal, romántico, un amor amortiguador que siempre ha acolchado las caídas a desnivel que sufre mi alma cuando el negro corazón se ríe y hace fluir su oscuro saber por todas las venas y arterias de este cuerpo que ocupo

lunes, 5 de febrero de 2018

Escarbar entre las letras. Su escarcha sobre tierra mojada. Las lluvias seguidas, sí, se repiten como en rutina; dos días, dos dudas, sí, nocturnas. El color del cielo, naranja y negro, violeta también, sí, contaminado de luz eléctrica; así, por la noche en lluvia y por las noches en camino, recordando viejos versos, con el sueño colgando de los ojos y los sueños en las ojeras, noto el leve crujido del cristal de escarcha que separa el tiempo y el recuerdo.

martes, 30 de enero de 2018

Una emoción se idealiza y de una voz se hacen expectativas

El cielo toma unos tonos que no entiendo
El gris putrefacto de una carne infectada
El azul podrido de un charco muerto
Me cubro de mantas e ilusiones en esta cama

Me parto la cara, las ganas, las manos firmes
de una emoción que se idealiza, me parto la presencia, la estancia, la paciencia
una emoción que se idealiza en un cielo que no existe, ahora bajan unos humos a decirme donde estoy, a explotar la expectativa de voz y libertad que una emoción que se idealiza me ayudó a crear

Si tengo un corazón que late solo por una emoción, me lo arrancaré despacito por las noches sin que me vean los colores falsos, para no tener que mutar todas las mañanas de órgano, si un corazón muy bajito y delgado se hace de rogar pidiéndome una emoción que se idealiza, le arrancaré la voz de la garganta para escucharla de cerca y así saber porqué he de tropezar siempre con la misma piedra
Si de esa voz hago expectativas, y me explotan en la cara, tendré yo que limpiar de mis paredes los restos de su sangre y un torso ahora distante no será el cobijo para unas emociones que laten solas y estas palabras huelen a refugio interior de nuevo para el ruido que ahora entra por la ventana

Si idealizo una emoción y de una voz hago expectativas....

Si lo hago tengo que aprender
Hacer un ensayo interno de tantas experiencias juntas. Por una fuerza de atracciones magnéticas vienen en procesión los sucesos, administrados en cuentagotas o cataratas para un aprendizaje que tiene que cocinarse por dentro. Si lo hago, tengo que aprender de ello. Y no es prosa ni verso, se me van cambiando los dedos de posición y no hay pausas ni tiempos sino presencia, estancia, paciencia, y no me la parto contra nada

lunes, 29 de enero de 2018

Un camino largo

El día libre de humo y el viento en las orejas
Siento la rima atada en cadenas a la espalda, que relucen y brillan en plata como la sangre azul del pescado . . . su aleta dorsal que corta como la ausencia . . . los mismos versos recitándose en mi cabeza.

Siento la rima desfogada y desnuda
y me es imposible, sincera; dame tierra limpia
he de parar o me parto la boca contra la acera

Dicen,
recuerdo,
¿qué susurran sus labios de cera?

¿Pero quién? ¿Qué dices, chiquillo?
El corazón que siente o el que miente
el que encandila atardeceres y los apaga de un soplido
que le da fuego a una risa y la viste de lluvia cuando huye

Mi coraza es de hierro y el mismo corazón que siente lo sabe y alza altas sus torres y extiende gruesos sus muros siempre con el miedo besando su portón

El que miente, se miente. Sus palabras son tortura. Autoflagelación. Una cruz en la espalda. Como llevar la razón. No, para ti el ego.

Ando el camino más largo
mis pies caminan descalzos por alergia a la falta de contacto
dame tierra limpia,
porque llevo la paciencia de las tortugas y del que las espera grabada en la frente
sé que miente, y que siente
sé que me lleva a donde él quiere
y yo me dejo mecer y sucumbo a un aire que huele a desencanto
o es mi olfato de gato que falla cuando miente y cuando siente que lo que llega tarda menos cuando ando el camino más largo

Y sí, la vuelta se baña en mi sudor
el de la frente grabada y la espalda cargada
resbala, resbalo, rodamos montaña abajo cuando ese cuerpo es el monte de mi calvario y llevar la razón es una cruz
una religión más allá de las letras que pinto en el pecho
las tintadas con mi esencia
mi esperma, tu piel, mi lengua
mis caricias que son de fría piedra
como el corazón y su fortaleza.

Y sí, la vuelta se cuece en sudor, maldito el mijoter de la piel, constante, ardiente, dame tierra limpia de escombros y cimientos, por favor, tiempo muerto. El camino largo se extiende, dejo atrás la fortaleza y, descalzo, entiendo los kilómetros como poros y ya no me asusta sentir los latidos de mil novecientos noventa y tres corazones como si fueran una fecha que abriese las puertas de la vida y todo lo que ella implica, con sus miedos y sus deseos, que son lo mismo en mis sueños.

domingo, 28 de enero de 2018

Hay una realidad que vive detrás de la pantalla de mi televisor. Unas voces que asocio con orden, democracia, bienestar, unos rostros que me sonríen buscando llegar tras las ondas y los cables hasta mí y hacerme sentir seguro, estable, estamos en un estado civilizado, mira este niño muerto en el lago, mira esta mujer apuñalada, esta tierra desolada por las catástrofes, ahora mira que bien estamos. Bienestar y seguridad. Cómpralas. Soborna al ego desde dentro con un coche nuevo. Dame más. Dámelo todo, con tu presencia virtual diciéndome 'pais libre' y mañana a trabajar. Crisis, no, guerra sí, ahora una bomba aquí, dentro del cuerpo, tengo unas ideas que no entiendo y quizá me clave una bandera a la espalda o mi cuerpo a una cruz, la libertad oculta entre cadenas invisibles y calles cortadas. Dame seguridad con tu rifle aferrado al pecho. Dame confort contando el dinero. Ilusiones, un cuarto piso, qué buscamos juntándonos en una ciudad y alejándonos cada vez más los unos de los otros cuando sólo una pared o un silencio nos separa.

Si me saco las palabras con cuchara, porque estos sentimientos no entiendo, me invento un cuento por las noches para ver entonces si así el sueño que no se consigue con dinero vuelve a esta cama partida y me deja las palabras bien ordenadas junto a la almohada para que yo pueda ponerlas a bailar

miércoles, 3 de enero de 2018

De nuevo el formato en blanco se me antoja tenebroso: la cavidad bucal de una verdad que no puede hablar, la gruta de las maravillas perdidas en el gota a gota de la memoria.
De nuevo un formato extraño se me aparece en la carne: el dolor de una piel enfebrecida, recalentada por la fiebre, que viene a darme el calor necesario para los fríos y duros choques de la nostalgia en invierno. Volver cuando hay que marchar de nuevo.
De nuevo. Un formato que conozco. Se me antoja mentiroso. Me engaña y juega con la fiebre y con los signos ortográficos. Se rebela en sábanas sudadas, almohadas mojadas. El chatarrero, ha llegado el chatarrero, se recogen todo tipo de sentimientos. Los delirios febriles que azotan la calma de esta cama a punto de ser desconocida se alinean uno a uno en fila, esperando su turno en el paredón y su tiro de gracia, pidiendo que se haga del olvido un hecho palpable, y no algo deshecho e inalcanzable.

martes, 21 de noviembre de 2017

Aún no, no ha llegado el momento, la madrugada acecha, los recuerdos sin renglones ni reverso; por la piel aleatoria de un cuerpo va caminando el recuerdo olvidado, pretérito de este corazón, por las calles, los caminos, por la piel, va caminando el recuerdo cogido a la mano de la prudencia que tapa desnudez y vergüenza
y por la noche, cuando la madrugada acecha, me mantienen despierto todos juntos, con su risa irónica llena de memoria, hasta que encuentro un significado a estar despierto
no, no ha llegado el momento
hay un trozo de noche que vive con los ojos abiertos, se adentra en la memoria formando sus imágenes, sus sueños conscientes, despiertos.

jueves, 9 de noviembre de 2017

El juego de las pasiones

Cuando se adelantan los versos a los hechos en presente y no en pasado, hay una emoción en cueros que se cubre la desnudez con prudencia;

igual que los mil corazones rebeldes que quieren salir de este pecho, los versos rápidos se manifiestan en ecos, que vienen distantes, y susurran muy bajito las lecciones nuevas por aprender. Una voz consciente, que habla despacio, una voz que habla como si un arroyo fuera lo que de veras manase de su boca, invisible, interna. Los ecos de la voz, las mil voces o latidos que a la vez hacen su música y su destrucción. Y cuando se adelantan los versos a todo esto, porque la expresión se derrama en experiencia por los arrabales de mi alma, experiencia en presente, en pasado, es entonces cuando un futuro o un infinito se deforma según avanzan los segundos. Como el juego de las pasiones y los amores ridículos, detallado en el formato de la piel, que también se deforma en realidades aleatorias y más experiencias aprendidas. Como esos versos anexos desparramados por la ciudad, en las paredes, las hojas, los rostros, que se recitan sin quererlo en el aire y en las esquinas por las que floto, susurrando una sabiduría escondida en el interior, que despierta, como ahora, en un presente futuro en el que se idealizan las imágenes del devenir según los antojos más caprichosos del deseo. Es así cuando todo se junta en el pecho, los versos, el tiempo y el arroyo, las pasiones humanas, la sabiduría que entra y la que nace, todo como mil latidos en el pecho, mil conciencias con su propia voz, todo como emoción en cueros, valiente pero tímida, que aparta muy despacio sus manos que cubren la desnudez y la vergüenza, todos sus miedos rotos por fin, agradece la lección aprendida, el control, la administración de la emoción, sonríe a las nuevas experiencias por venir, y ahora en este futuro presente me da para escribir el formato de un nuevo día

Con la lección aprendida, la lectura se duerme al raso; no quiere cobijo
la escritura se congela con el frío del invierno; por la anticipación, el adelantamiento de los versos. Se congela por los besos recibidos y la ilusión de la que me han convencido. Hay una imagen, un recuerdo que parece que no he vivido; aquí una figura, ahora una ausencia, ¿es real? ¿es un pasado que no existe? las palabras escritas que no hablan de nada y solo se ocultan tras la pantalla de una necesidad impuesta. Con la lección de la prudencia aprendida, de guardar las emociones tras la lengua y los poemas en la cabeza, la lectura, la escritura, se congelan, se duermen, y yo me administro los mil corazones para que no se llenen de ilusiones según los deseos y los miedos que se manifiestan día a día en un presente, en este entorno cuesta arriba, con todos los frentes abiertos, en los que me tengo que curtir en singular.

viernes, 27 de octubre de 2017

La creatividad con la realidad

Con pus en la memoria, en el pincel que dibuja el sexo, una creatividad que gime y escupe las decisiones elegidas al igual que las palabras, los pensamientos, los pasos, una creatividad manchada de sangre y orina y latidos que se derrama lenta por los formatos de las partes internadas en la prosa de mi alma me viene a contar, reflejada, que las decisiones y la realidad se moldean una a otra dándose las experiencias diarias y engendrando expectativas, que ahora todo se me escupe y gime desde la punta de mi vértice creativo y ahora la realidad es creatividad según los senderos y los actos que elija

Con inseguridad en el corazón que late por otro, las dudas crecen y engendran miedos naturales e irracionales, de ausencia y lejanía, dejadez, penuria
Pero ahora la vida me da un latir distinto; se me ofrece la valentía como opción y le estrecho la mano fuerte.

lunes, 23 de octubre de 2017

Entiendo el sopor de la distancia, su ronroneo tierno acunado en kilómetros, entiendo que no se quiera incrementar la dificultad con deseos de cercanía, besos llenos de madrugadas en tu compañía, de flores de pensamiento; lo entiendo, para cada tiempo su lección.

Administrarme la emoción, digo yo, con la voz somera a ras de la almohada, engrandecida con la sonrisa cómplice de la confianza y ahora sé que esta estúpida distancia hará las veces de sino, que a su vez será el camino propio de cada uno y el pan duro que alimente los recuerdos.

Igual que deseo mi plenitud, así quiero tu esplendor, tu encuentro interior; afilar la oportunidad dando a cada tiempo su lección. Que si se me rebelan todos los corazones por la noche en un estruendoso latir conjunto, yo me pararé en seco la respiración y digo yo, administrarme la emoción, que en singular se manifiesta con su presencia plural, dando cobijo a tantas ganas de querer, en toda su conjugación de personas: primera, segunda, tercera cuando me saco el alma de paseo por fuera de la piel, primera, segunda, te escribo poemas sin quererlo en mi cabeza, y los freno como a la respiración para aflojar de un tirón todos los latidos y así conquistar de una vez esa administración interior.

Pero entiendo la misión de la distancia, en contraste a la cercanía en el recuerdo de una piel, no tan aleatoria esta vez, entiendo que hay que caminar este camino y dejarse llevar de una vez, como aquel sueño del puente y el río, por las sendas sinceras del presente.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Mirada afilada

Que abre, que abro, la mirada raja en canal, fina e hiriente como el corte de un papel, precisa como el cuchillo del carnicero, que abre, que abro, que me da el entendimiento del mundo interior en el exterior;

tengo un ojo analítico y otro comprensivo
ambos se juntan en la piel extranjera de otros cuerpos, con la mirada afilada la abren, a ver que hay dentro

Y la costumbre, osada, la arraigada dentro de mi hígado violento juzga y encasilla; pero hay una conciencia que va por encima de toda carne y materia y me para en seco: 'quién puede juzgar', pregunta, 'tú, que vienes del banquillo de los acusados en las cortes de los contrastes entre dolor y alegría, que me tienes alta y serena, con voz de lluvia que chispea, tú, que me tienes siempre atenta' y no necesita signos interrogantes ni formatos. Como unos garbanzos en el bolsillo que me recuerdan su existencia al sonar y hacerse notar, yo me acuerdo de la costumbre violenta de juzgar según los parámetros en los que fui instruído dentro del mundo masculino de mi hogar, el anticuado, el que huele a loción de afeitado, a piel muerta y a café, y yo me acuerdo de ella, pobre palabra que sólo quiere significar, y como una lluvia que chispea viene la conciencia a hidratar la carne seca de mi capacidad de aprender para que no pare de brotar de ella una enseñanza permanente que no pretende juicios morales ni físicos, que solo tiene la mirada una capacidad y es la de abrir en canal la carne tras la vestimenta y comprender, analizar, aprender.

Porque hay un caos en cada ser que atrae, magnético, un caos de armonías en tonos fríos, terrosos, cálidos, caos metafórico, el tuyo huele a tierra mojada recién sembrada, a monte de pinos, a setas silvestres y sabe a ganas, a calma, a afecto. Lo toco y me da cobijo, me tapa con las mantas de mi cama, tiene un tacto áspero, como las manos de un carpintero, pero suave en su manera de transmitir calor, hay un caos en cada mundo interior del exterior que da conocimiento, rompe las costumbres podridas del subconsciente y abre las puertas de los yo conscientes que atentos se callan, se paran, y aprenden.

La mirada afilada, da un morbo que excita, siempre pueril e inocente, la curiosidad del gato que muere y yo la afilo cada día para poder hacer el corte preciso y fino que me dé el conocimiento de la comprensión,  el aprendizaje en la emoción, saber ser lluvia cuando toca y sol caliente, con el ojo analítico y el comprensivo actuando juntos en comunión, haciendo la mirada afilada, siempre buscando el interior.

jueves, 12 de octubre de 2017

La melancolía de una cama a medias, una noche de ciudad que como siempre se muestra sola y sin estrellas
esa misma, repentina, que se manifiesta en un lecho partido

Me pone la piel del revés para tener el tacto firme del interior, saber cómo se mueven mis músculos que sienten y no saben lo que es tener un roce ajeno;

yo no sé más que letras, ordenadas y expresando, palabras y voces muy bajitas que han sido desde que sé usar un corazón la única expresión que ha curado la herida profunda del recuerdo que se manifiesta con la misma escasez de vocabulario de siempre, igual que la sensación llena de un vacío negro y opaco, igual que las manos duras y sus golpes que arrancan alas, las palabras afiladas como espadas, ahora tengo que callar y cambiar esta piel de recuerdos y moretones tan tóxica que he curtido en veinticuatro largos años tan bien exprimidos.

Escribo esto en los márgenes laterales de mi alma, como en el colegio, en el cuarto infantil de las paredes azules, buscando entre sus líneas una respuesta que es efímera pero hermosa en su leve manera de ser

Me he perdido entre el humo de los coches
entre la oscura sensación y la ausencia de estrellas en la noche
unas voces minúsculas que intentan engrandecer el ego salen del televisor y chocan con mi frente
lo tengo que pensar, el sistema es así
si tengo un verso para sus cadenas, o si tengo una pena por sus maneras de abrirme la piel a tiras, tengo que pensarlo porque la razón ahora se me impone en lógicas cuadradas tras inhalar los humos tóxicos de esta ciudad
y no puedo tragar, la infección en la garganta es el mensaje, esto no entrará en mí; la cabeza embotada por la mucosidad cosmopolita, pegajosa y gris,
un cúmulo de nubes bajas y ácidas
tengo que volar, tengo que volar
hacer crecer de nuevo las alas

Yo no quiero el hormigón armado de los guardias civiles
prisas, relojes, ayuntamientos
órdenes y palabras vomitadas desde el televisor
No quiero un amanecer oculto tras las antenas
ni las lágrimas oxidadas de unos ojos de metal
las sonrisas por costumbre, la voz por necesidad
Quiero sentir, al despertar, la libertad de elegir, quiero un compromiso fiel a mis encalladas y pequeñas manos que tanto quieren trabajar un sueño real

No sé qué es escribir,
por qué me sale de las manos como esencia y sudor desde los poros
Tengo que hacerlo, tengo que volar, con las manos, con nuevas alas, con el pecho arañado por el recuerdo, tengo que escribir o morir

Si la miel que sudas se me queda en los labios, como el recuerdo de las sábanas colgando, entonces me diré 'paciencia' y la grabaré a fuego en mis sienes para no olvidar de nuevo que ese amor que viene de fuera no llega si el que surge de dentro se compone de retales, y solo piensa en puntos finales.
Pero hay una emoción tranquila que se esconde en mis órganos
no se trata esto de un poema infinito, va al margen de lo escrito
individual y subjetivo
es por mi, que fluye sin distinción de tiempos ni recuerdo, se acopla lentamente la emoción tranquila tras los tejidos de mis órganos que tanta organización conocen: piel, esquema, recuerdo y olvido como números que tienen que encajar, cada uno en un sitio; piel, esperma, las noches siempre queman, en el vientre se arroja el porqué de la esencia del hombre, del hierro fuerte que no corta y de las mismas palabras cada madrugada
Hay un ciclo que se repite con el sol y la luna
se buscan, se persiguen por los cielos
una metáfora que se me enreda entre los dedos
amor, el camino del amor
amor por mi, amor, por ti, por todos
amor a sangre fría, a bocajarro
se dispara desde un corazón al que le salen nuevas alas
las arrancadas; ay, los golpes
hay una poesía en tu mirada y una libertad que la guía
dame senderos de barro y nieve fría
despertares congelados entre las cálidas mantas
un cuerpo que gime y ríe y vive lento el tiempo
sin prisas ni ciudades ni manecillas
dame tierra que canta, tierra infinita, poemas también, te doy mis cicatrices y sus alas y te doy mi corazón y estas palabras
es todo lo que tengo

lunes, 9 de octubre de 2017

Tengo el ronroneo de un felino vibrándome en la garganta
no me lamas la nostalgia desde la piel
por la mañana temprana cuando amanece se mecen los versos de recuerdo y miel

Tengo el grito de un lechal en matanza acorralandome la memoria
los llantos y truenos de un bebé que llora por saber querer
Llora de nostalgia por algo que no ha vivido
que muere y nace en el mismo sitio

Tengo una prosa que se me insinúa en verso
juega con mi pelo y grita 'me quiero'
yo río de ironía y mullo la almohada de olor
Entre humo, petróleo, palomas muertas
sangres que hierven, aceras que queman, naranjos enfermos
Me duermo con el recuerdo del bebé y el lechal
me duermo porque se ha caído la madrugada encima del corazón
y quiero descansar la emoción

He sentido un miedo confundido
esencia de ladridos y mordiscos
Me impide el sexo, desconcierto, un miedo que conozco, sé su nombre, sé a qué sabe:

' desmerecido '

'los golpes
que le arrancaban, despacito, de fatiga
las alas, por Dios, los golpes
que le arrancaban las alas a mi corazón'

Hay una mano que juega con mi libertad como un niño con las moscas
El dolor de un apellido que aún no he curado, la ausencia de una libertad entre selvas de cemento y monos y versos y ahora una ausencia y un recuerdo. Tengo que volar, tengo que volar, tengo que sanar las alas.

Me cruje la conciencia y me arranca la sangre del miembro
se la lleva al corazón que late, hirviendo, he sentido un miedo confundido porque ya no sabe si tiene que asustar o su esencia de ladridos y mordiscos ya pasó de fecha y ahora la confianza sabe a 'merecido' porque el corazón de nuevo ha nacido y los trotes salvajes de las pezuñas negras se alejan indefensas sabiendo que su mensaje ha sido aprendido:

' el merecer tu querer y quererte hacer merecer '

jueves, 28 de septiembre de 2017

Filosofía barata de una erección involuntaria

Hay una imagen que es la carne, tierna; la piel tersa, suave, inmensa
El sexo de madera
Un placer que es efímero y monosémico
Un significado que no se extiende en la expresión de amor

Se define en el verbo tocar como las miradas lo hacen en la oscuridad, primero con torpeza; y ahora como manos certeras, que encuentran, evolucionando entre las sombras con cada movimiento, hay un imán que se conserva en secreto, una carne que es madera, pero efímera, ardiente, un placer que no llena, no dura

Hay una imagen que cambia a la luz de una vela,
un cuerpo aleatorio, mutante, en cueros y en llamas, la carne caliente, pide recorrer el camino húmedo de las esquinas de la piel, cubre un placer, pero sólo uno, sólo da uno
La carne tierna, esa piel tersa, suave, inmensa, hay un placer que llena y otros que no me da
Hay placeres que no son de carne ni de piel
hay unos de sangre, latidos, compromiso, todo lo que ése uno sólo no puede cubrir porque no llena de emoción o de agua todo el recipiente y se queda nada más en la base de la carne y la piel privándose de definirse por completo con el sentido profundo y sincero de la palabra 'querer'

Hay una erección involuntaria al corazón que se rebela y filosofa a base de carne y piel aleatorias que cuando rompen en un silencio tras la corrida se dan cuenta de un vacío no lleno que no es un agujero ni unos testículos descargados, un vacío que no se llena, un placer desconocido que no solo pide carne y piel y esperma sino esencia y un querer correspondido

domingo, 17 de septiembre de 2017

Hay una noche en concreto, no sé bien definirla, Lorca me besa en los labios mientras me desabrocha el cinturón, susurrando
'este amor que se muere en mis brazos'
pobre inocente corazón

lates solo por una emoción, rimas la palabra pero no comprendes las pausas, ni las comas, sigue latiendo en coma como si tuvieras diez años, la eñe se esconde entre las letras y las raíces autóctonas y me tengo que reír

Es esta noche en concreto, tengo el fantasma de un poeta bajo la almohada, me susurra versos que no conozco ni conoce
improvisa un lenguaje con mi alma
me besa las llagas, me lame la cara, me recita de un tirón el poema infinito que aún está por llegar, esconde entre las sábanas la eñe y la tierra que me vio crecer y me dió la fuerza y la voluntad para cumplir con esta tierra que me da de comer

Tengo a un poeta en la garganta, me come por dentro si no escribo, veneno, dame veneno en esta noche en concreto
hoy tengo todos los versos en flor
un corazón que late solo por una emoción y mil más que bailan y follan, se rozan, se trasplantan, gozan en el barro ibérico de mis pequeños músculos y ríen porque hay uno en concreto que en una noche concreta todo el pasado en una emoción y late y late y ahora Lorca sube por mi ombligo y me río porque dice 'pobre inocente corazón' y suena a mi voz reflejada en su recuerdo y sus libros, yo que tengo hoy los versos en flor y al poeta en la garganta sintiendo los arañazos de la memoria en el pecho donde habitan los corazones que se salen del tórax para bailar al son de las velas y ayudarme con esta noche en concreto que no sé bien definir si no es con esto.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Por unos muelles vivientes que crujen dentro de un colchón somnoliento pasa un reflejo que me recuerda sin quererlo a mis jóvenes huesos, también crujen de noche con el movimiento interno, cuando una emoción se cambia de corazón y pasa a ser un marginado e improvisado sentimiento que no quiere terminar de relacionarse por miedo al rechazo, intermitente miedo que cruje por dentro en pos de una costumbre arraigada fuerte en las tierras ácidas y áridas de mi conciencia. Truena por fuera una nube cargada de lluvia y yo, sin más dilación, busco el refugio interior,  pellizcando la voz a ver si no la estoy soñando, una voz que se desliza en prosa últimamente porque la pausa de verso me deja en coma demasiado tiempo y por las noches no consigo el anhelado sueño del que trabaja solo por un sueldo (en coma, estamos en coma: no lo siento; no, lo siento) es esa voz del recuerdo mío y egoísta, yo que trabajo por la labor, por el sudor, porque tengo que hacerlo, por el amor del verbo hacer y por aprender. Necesidad, hazme el amor, deshazme el odio, te quiero firme, el miedo, el dolor es mi lección, dame ese curtirse en la vida como el labrador que sabe que las lechugas no entienden de domingos ni días festivos y que las orugas son para ellas la metamorfosis de su carne verde igual que mi emoción que palpita y cambia de corazón cuando por unos muelles crujientes se desliza un reflejo de prosa y descubro estas palabras debajo de mi almohada o de mi lengua y vienen a decirme todo aquello que no me atrevo a pensar pero que cobra sentido en la improvisación del sentimiento, marginado en el baño, por miedo al rechazo, como en mi infancia cuando sólo estando solo podía expresarme sin miedo a las burlas, a los golpes certeros de un apellido, y ahora es todo lo que tengo.

Como las manzanas verdes de mi piel y mi infancia muerta, trabajo el interior ácido y blanco, fruto de una mutación entre mente y corazón, como los elefantes que pinto en las paredes de los baños laborales donde me refugio de nuevo buscando esa soledad y ese recuerdo que es lo que mejor se me da, tengo una memoria que no sabe olvidar, como estas letras improvisadas que esculpo en el frío mármol de la madrugada, tengo el cincel de la palabra en plena erección y no sabe callar y mis mejores versos tienen la carne hecha de besos, cursiladas y dudas, te lo digo porque lo siento, no me juzgues, no me frenes, déjame saber querer, amar fuerte, permíteme tu piel y el verbo merecer.

Me cambio al verso por la influencia de la noche
hay una estrella que conozco y que muere cuando la miro
cómo los ojos que se quedan fijos en un punto suspensivo
que cuelga de un fino hilo
hay un estrella que me ilumina el camino y me protege del golpe
no puedo mirarla porque se me va la vida en un último suspiro
hay un camino, una senda, una vida que elijo
quiero tus caricias en mi cálida piel
hay una piel que habito, que descubro en cada espacio, cada tiempo, cada abrazo
no me juzgues mucho si te cuelo un verso entre pecho y espalda
Es mi palabra, mi voz, mi lenguaje
Me cambio por la prosa más honesta que sabe recordar y que te quiere decir que la voz que sale de mi interior tiene un origen de poeta y niño encerrado en el baño que no sabe sino expresarse en el más puro y sincero método de la palabra, mi palabra y mi voz que son mi lenguaje, no me juzgues ni me frenes, es mi manera, mi camino, mi senda, es mi estrella que ilumina, que me evita tropezar con la misma piedra, que muere cuando la miro porque si lo hago es por la duda de su presencia y ya tengo que saber que la vida me cuida y que esta manera es de la que debo ser.

lunes, 4 de septiembre de 2017

'El cuchillo en la derecha y el corazón en la izquierda'

Tengo un incendio por dentro que no quema las dudas pero arrasa toda certeza
hay un extintor en la cocina y lo veo al levantar la vista y me río por las ironías de la vida
como que necesito las dos manos para comer y nunca recuerdo si el cuchillo va a la derecha o a la izquierda
me tiene que volver una costumbre a las dedos, a sus huesos, necesito las dos manos para comer y me faltan manos para escribir todo lo que tengo por dentro.
Como que tengo un incendio que aviva la materia negra de mi corazón más oscuro y nocturno
el mas solitario de todos
satélite de una emoción que palpita por si sola y no necesita nada más
estrella para una noche blanca
es el más pequeño de mi pecho y el más viejo

siempre de madrugada cuando siento nostalgia, un nombre que no soy capaz de pronunciar se manifiesta en el eco de una voz, tengo emociones empaladas en las estacas de mi pecho y allí fermentan dejando el olor a muerte que me sigue desde el nacimiento

Hijo de la muerte, te balanceaste entre la vida y el dejarla cuando abandonaste el útero, sembrando cáncer en los ovarios; hijo de la vida, estás lleno de felicidad pero solo cuando consigues perdonar el hecho de que viniste a esta vida a recordar con el corazón todo el dolor que arrastras, hijo mío, estás lleno de amor y no sabes amar, tu lección no entiende de compañía externa y solo se debate entre el querer y el saber
Y me muero de ganas por saber querer.

y de repente una ilusión viene vestida de amor y yo no sé que hacer, si salir corriendo castillo adentro, o arrancarle las ropas viejas del camino, decirle que llevo cien vidas esperándola, que me enseñe el significado del verbo amar. Pero no tiene rostro ni personalidad, es sólo una palabra, o tres o ninguna, o un nombre, y recuerdo ese sentimiento que siempre he tenido dentro, ese de soledad y nostalgia por algo que no tiene que venir de fuera sino de dentro y me vuelvo a debatir entre el querer y el saber querer y sé que el sacrificio está en las entrelineas de mis versos, lleno de paciencia porque se esperar, lleno de impaciencia porque no sé amar ni cómo se puede llegar a sentir algo tan bello y destructivo que de repente acaba con la corrida o con un adiós
( Hay un paréntesis para este poema, que dice, o no acaba y la muerte os vuelve a separar )

hijo de la paciencia, la carne se enfría en el plato, el alimento muerto que no sacia el hambre más voraz de mi interior, tengo el cuchillo a la izquierda y en la cabeza una voz que susurra 'diestro' se ríe de que se me olvide el mundo exterior cuando se me va el alma de este cuerpo tan humano y comienza sus paseos diarios por el refugio interior de los intramuros de mi castillo levantado en el corazón más niño de mi pecho

Una desconocida dice al pasar 'estem a la civilització' y me río en su cara fugaz que ya no recuerdo
la jungla de cemento con sus monos evolucionados y sus versos anexos
las ironías ahora me crujen los huesos de los dedos que olvidan la posición de los cubiertos y se me cae el cielo desde el pecho cuando siento un nombre acechando que, esta vez de día con el sol brillando y el interior lloviendo, se pone a jugar con los ecos y el recuerdo.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Si hay una idea que de noche viene y me grita fuerte al oído ese recuerdo del padre sin padre, qué debo hacer, vida que premias la conciencia

la herida existe y el recuerdo sangra cuando una idea que arañaba el pecho del poeta viene de noche y me hace recordar las nanas rotas de leche tibia y sangre fría

dime entonces, pues no solo te imploro con letras blancas, vida, te pronuncio con mi voz más consciente y atenta y te pregunto y ¿me pregunto? si de verdad perdonar es, en el fondo, perdonarme

el muro que construí para protegerme de tu boca y de tus puños mide lo mismo que la distancia que me separa de él hoy por hoy

hay una diferencia entre quererte por sangre y apellido y quererme por ser yo el que ha elegido ser quién soy, un hijo de la infancia y la muerte, del dolor y la experiencia, ahora un hombre de paciencia y compromiso, voluntad y sacrificio, curtido ya en mil pedazos muy pequeños de cristales en el alma que arrastra el recuerdo de muchas vidas muertas y pasadas

hay una semejanza entre quererte por ser quién eres y quererme por ser quien quiero y debo ser
un aprendizaje para ambos
el romper los muros de la memoria olvidada y construir con sus restos un camino que nos lleve a lo más alto de la conciencia, aceptar la vida que la premia, que nos puso aquí tal y como elegimos ser, vinimos a recordarnos y a vernos crecer

Me dije, no hay poema, no queda verso, mi respuesta es silencio
pero también dije que me debes mil poemas, y me los sigo cobrando día a día
quizá sea cuestión de permitirse los versos, tú qué los has juzgado siempre con tu voz y tus golpes, porque simbolizan un espíritu que te arrancaron con la infancia que perdiste
ahora sé que no es cuestión de olvidar ni recordar, sino de enriquecerse con la experiencia, sonreír a la vida por su respuesta, y llenar infinitas páginas con los versos que de ella crezcan

ancianidad de tus arrugas, una sonrisa me rompe la fortaleza, me derrumba, me da de comer los restos emocionales de la basura, qué guerra de bipolaridad, qué nana más triste, su melodía impregna los muros de la fortaleza que creé en mi corazón para protegerme de tanto dolor, si hay una idea que viene a recordarla por las noches con sus uñas en mi pecho yo me digo, niño, hijo, crío, escucha su latido frío, su quejido tibio, perdona lo vivido, perdónate el apellido.

viernes, 25 de agosto de 2017

El cuento dulce del recuerdo y la muerte

El recuerdo se muere de nostalgia. El verano está llegando a su fin y todo el recuerdo de mi corta e intensa vida empieza a marchitarse junto a mis hojas, y ambos mueren de nostalgia, y yo también. Tengo un dulzor en lo más verde de mi piel, siempre pensé en que era suficiente para poder alimentar al mundo, pero esta maceta se me ha quedado pequeña y no puedo crecer más. No puedo creer más. Es hora de morir, morir de nostalgia por todo lo vivido y por todo lo que podría vivir. No puedo crecer más porque es el momento de enseñar esto que tengo dentro, y no puedo creer más porque todo lo he creído ya, creo en la vida y su lección, y aquí vengo a contarla.
Cuando llegue el amanecer será buena hora. Podré permitirme soltar mi última hoja cuando el primer rayo de sol la roce. El humano ha elegido una buena maceta donde vivir, da al este y el amanecer es tan hermoso que lo oigo llorar de vez en cuando, y yo me deleito con el sol pero me entristecen sus lágrimas. Es por eso que debo morir, para que sepa lo que es la dulzura.
Su maceta no tiene tierra, asi que el humano no puede echar raíces. Es blanca como lo eran mis flores y tiene franjas amarillas en el techo, como un campo de girasoles, y hay otros, otras personas, pero ellos no me miran como el humano. El humano me ha cuidado desde que me trajo aquí. Pero ahora tengo que morir porque hay una lección en mis verdes pero ya marchitas hojas que él debe aprender.
La metáfora está en el dulzor. Yo ya no puedo creer ni crecer más. Le he dado todo lo que tenía, si cogía una hoja para mascarla, sonriendo, yo sonreía abriendo mis flores blancas y echaba otra hoja para él. Le gustaba, y aún le gusto. Pero está triste porque tengo que morir, solo que no sabe que debo hacerlo para que así pueda aprender a apreciar lo dulce de esta vida.
Él cree que su sangre es amarga y por eso escribe tanto, así, como hace ahora mientras yo pienso todo esto, buscando la dulzura perdida entre sus recuerdos. La encontró en mis hojas y ahora sonríe mientras lo recuerda.
No quiero alargarlo más. El amanecer llegara pronto y mis últimos momentos quiero pasarlos en silencio. Solo quería plasmar mi mensaje y que así le llegue al humano, y le llegará, estoy seguro. Ya me colé en sus sueños una vez, cuando le mostré mi funeral, y el le dijo a su madre, la que brilla, que yo me había muerto de nostalgia. No tenía pensado morirme precisamente por eso, pero ahora sé que debo hacerlo. La metáfora está en lo dulce, para él simbolizo su tierra, sus raíces, y moriré de nostalgia cien veces más hasta que sepa que el dulzor lo lleva dentro al igual que sus raíces, como yo llevo las mías y mi recuerdo. Así sabrá que no tiene él que morir de nostalgia tantas veces, que con una ya le bastó, y ahora tiene que llevar sus raíces en su corazón y el dulzor en su sangre y a mí en su recuerdo, que he muerto solo para enseñarle ésto.
El crepúsculo ha llegado.

jueves, 24 de agosto de 2017

Oigo susurros,

'tu corazón es negro porque viene del fondo del mar'

Oigo voces que dicen, que recuerdan,
¿qué susurran sus labios de cera?

Si nace muerta la aurora y yo, por ser bozal en la verdad, me araño las heridas

si es así, si oigo susurros de un corazón que recuerda, de una voz de fría piedra, si es así es que es locura el atreverse a recordar a escuchar a hablar, a preguntar por qué susurran y gritan todo aquello que yace muerto en una tumba de versos.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Bendita paciencia

Soñé contigo y con un puente
mis ganas de cruzar el río del amor me impulsan peldaños arriba subiéndolos de uno en uno, de dos en dos, de tres en tres
Tú llegas a la vez, pero por el camino largo, a paso lento, paciente, me enseñas en sueños un tipo de paciencia fuerte y lenta que llena de placer la espera.
Cruzamos juntos las aguas azul esperanza, rojos de pasión, por una verde emoción que cultiva dentro de mi alma corazones diferentes y pensamientos y lirios y te espero junto a las barandas con una sed dulce de felicidad e integridad plena de ilusión

por ese continente que albergas en los ojos
por ese mismo, por el puente y el río
te espero despierto con el sueño encendido

jueves, 10 de agosto de 2017

Sábanas y sabanas

Reescribir sobre el pasado y la emoción marchita con voz cursiva y experiencia florecida, me hace reír, me hace avanzar por la salida que lleva al sendero que sigue y sigue igual que los versos infinitos que se sobreponen unos a otros en montañas que se sumergen en la tierra del presente, cada vez más profundo, cada vez mas presente, versos que reescriben en el papel de ayer con la tinta del hoy

Si te cuelas en mis sueños como quien se desliza entre sábanas de seda para curtir y hacer un amor carnoso, entonces me desnudaré el alma cada noche para que tengas un hueco donde lucir tu azul y así tener yo en que pensar al despertar y así las metáforas y verdades de doble filo de los sueños serán el desayuno de los días perennes en los que las ganas de conocerte y reconocerte rugen como reyes de la sabana en mis adentros.

Volver a empezar, retomar la emoción varada en las letras aisladas

Armaré los versos más rudos con las letras más nobles que se me ocurran al momento, bien parías en camas de sangre y tinta, a la par que me armo de valentía

Empezar a entender el verbo volver, su significado que es el eterno regreso de un amor que nunca se fue
la imagen que deja en el hogar interior no tiene rostro ni personalidad
se oculta tras la piel aleatoria de un cualquiera, una expectativa repentina que solo es un recuerdo y un símbolo de esa imagen que deja en el hogar interior el amor que nunca se fue
siempre vivo, siempre conmigo: contigo, siempre encontrando, siempre buscando
ahora es un tú y en seguida es un yo
cambiante, mutante, nómada
así es el amor cuando se rie hasta que aprendo la lección de la diferencia entre expectativa e ilusión.

La ilusión mueve los versos
los mece con vientos estivales
de distancia y lejanía
la ilusión arma a los versos
de paciencia y valentía
es la misma que hace fructífera la espera

la expectativa crea monstruos de tiempo que se alimentan de los segundos, Cronos y sus hijos, ata a la voluntad con un lastre de pasividad que frena cualquier ilusión de querer, de poder y de deber, enmudece verbos fuertes y magnéticos, la expectativa ancla, buscando y maquinando un futuro que ni cabe en la cabeza, sentenciando el porvenir con miedos y deseos

La ilusión llena el corazón de querer, de poder, de deber, que se pronuncian fuerte y magnéticamente, atrayendo energías renovables para el propio corazón sediento de agua fresca y limpia que mana cuando quiere, puede y debe, la ilusión es paciencia, voluntad, ser comprometido con lo venidero, con la experiencia obtenida de los jugos de la espera, con agua bendita, la ilusión impulsa al corazón a beber cuando llega el agua y cura la sed, la ilusión no es realidad mental, llena de condicionantes y ego, de miedos y deseos;
la ilusión es amor, la expectativa es obsesión.

El eco de un nombre resuena como truenos nocturnos llenos de silencio y luna llena
Los poemas dejo a medias pues a cada latido fluye la sangre en vena trayendo nuevas metáforas a mi cabeza
Y noto crecer la hierba en el cemento, en la fría piedra, la noto crecer en las campiñas de verano de mi Andalucia
Y me digo 'sigue este camino, compañero, que te llevará al manar del querer'

pero no fue así, ni vino ni carne
sólo hojas secas y tierra de piedra
se quedó el manar del querer queriendo manar
helado el saber pero ardiendo por dentro
se fue así, sin más, para no volver, ni vino ni quiso venir, ni carne muerta ni viva esta vez
sólo la palabra luminosa baila en la lengua
no ajena a esta boca ni extraña a estas entrañas
palabra acostumbrada a morir en la voz y nacer en el silencio
así se contradicen los hechos y sucesos
¡nada vino! nada quiso llegar; pero nada, pez, juega con las palabras que renacen que bailan que tararean por las noches aquella canción de cuna que me asusta siempre de la misma manera

expectativas, y en pasado

domingo, 23 de julio de 2017

Recuerdo

Tener los recuerdos como una maraña de sentimientos plasmados en amores no natos y en versos cortos finos e hirientes; en sangre, en alambre, en papel

jueves, 15 de junio de 2017

El corazón no entiende de ausencias

Una verde libertad muere en mis manos
la caída la rompió y la nostalgia la mató
su lugar de sanación no admitió su presencia extranjera
'llama a los responsables de los jardines del alma
que suene el pitido largo y metálico del teléfono
qué recojan la muerte que tienes en las manos'
pero la muerte es dueña de la gravedad;
la respiración cae al mismo tiempo que su cuello, que descansa en mis dedos, y es la verde libertad la que muere entre ellos
las lágrimas suben de mis ojos al cielo
la emoción se arranca por fandangos, extendiéndose en el tiempo,

las lágrimas bajan de mi cielo al infierno
la libertad ha muerto entre mis dedos

Qué etapa se cierra y cuál se abre, porque todo principio tiene su fin, igual que tu vida y la mia, el sol y la luna con su día y su noche, las hojas del otoño y las nuevas de primavera vestidas. Y así, en mi vida, pensando y escuchando a tus vecinas, te pregunto, pequeño ser libertador, por la puerta que abres y la que cierras, te imploro el farol, la luz de la paciencia, como mensaje que eres y serás, enseña a mi corazón a entender la ausencia.

Para siempre la eternidad de tu presencia, de tus alas verdes que tan desconocidas eran para mi tacto, y la confortable sensación de calor que albergaba mi corazón cuando pensé que quizá tú sacrificio era en beneficio mío para hacerme entender y entender de una vez el beneficio de la muerte y la vida y su amor por la emoción que florece en la piel temprana de la mañana, con tu recuerdo libre y verde aleteando en mi memoria
para siempre la eternidad de tu presencia

'con tres heridas viene;
la de la vida, la del amor, la de la muerte'

sábado, 20 de mayo de 2017

Los poemas en este escalón fluyen solos cuando el descanso se cansa de ser y las tinieblas del cansancio son plomo en los párpados

jueves, 13 de abril de 2017

Siempre por la mañana temprano el anhelo es sincero
Me viene susurrando entre bostezos y legañas 'qué es lo que quieres'
Sin interrogantes
Cambia la armadura por encajes
Tienes el corazón en verso, pequeño pensamiento, siempre por la mañana el anhelo es sincero
Déjalo fluir, tú sabes, qué es lo que quieres
Vivir la libertad de elegir el compromiso, la fuerza para construirlo, la paciencia para mantenerlo, la voluntad de hacerlo eterno

Ya no sé escribir pero escribo

miércoles, 25 de enero de 2017

Estevia

La tristeza de las plantas se refleja en nuestra salud emocional y se mueren de nostalgia por las noches

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Prosa del frío

Por las mañanas donde se desnuda el suelo y las paredes se pintan de tristeza vaga un alma somnolienta que gime y reza a la almohada. La ventana es escarcha y fuera la ciudad sin sueño sigue sangrando petróleo. Pero de dentro una voluntad que es de pétalo y hierro late fuerte como mil corazones hambrientos de sangre y vida. Me siento fuerte en mi plural sin compañía. El frío y la prosa que desprende no son suficientes para ahogar mi compromiso.

Las vueltas que me traen de vuelta me incorporan a un sentimiento de amor espontáneo al que no acabo de acostumbrarme, hablo de esa sombra de hombre que finjo encontrar en cada atracción sexual y emocional.
Algunos poemas se tornan en prosa cuando la realidad llama sus tres correspondientes veces a la puerta de mis adentros, en ese momento me siento débil pues la emoción que albergo en la piel que habito pesa más cuando el mensaje parece ser claro pero es niebla.

La prosa del frío me calienta los huesos en las tempranas y precoces mañanas que camino. Un trabajo que es alquímico, un despertar sin desperdicio, las clases en las que aprendo carácter humildad y hechizos. Las mañanas que mecen la niñez y la prosa del frío , son todo mensajes, son todo destino que elijo.

martes, 8 de noviembre de 2016

Versos del olivo

El poema del silencio;

el recuerdo que vuelve lento
una encina y un queso, vino, aliento
un recuerdo que no he vivido y un futuro que no escribo
olivo y verso hacen el poema del olvido

Versos del olivo
versos del olvido
todo lo que ha llovido ahoga lo que dejas
la infancia que luce sus colores en la madurez del alma y el cuerpo
la mente siempre atenta y la conciencia mas despierta
unas emociones florecen e inmarcesibles experimentan con los días salados y las noches dulces, obtienen un jugo escolar y un trabajo que es de sí, de afirmación y de aprendiz
de néctar piel y esperma son las noches que queman
los versos del olivo me cuelgan de la cabeza
aceite y miel se ligan en mi piel
esa miel que sudas y el despertar que viene
pareces tosco y otro torso, no el tuyo que no existe
uno que palpo y lamo
llamo con las manos en tu pecho
tres veces y tres meses que siento que no son manos sino pomos y que yo mismo abro y yo mismo llamo

'padeces de serranía ibérica en la sangre'
bellota y encina me crecen por dentro
un olivo también y un naranjo en flor
azahar y nariz en comunión
boca y aceitunas verdes y corazones de aceite
recuerdo y olvido
los versos del olivo.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Palmas y alegrías por el poeta y su recuerdo

Este ego contento
un orgullo que beso

y ese ego de cáncer y recuerdos

Ese otro que me nace dentro y me deshace cuando siento que la herida vuelve a las letras y las leyes fingidas de la memoria acuchillan mi almohada pensando que en ella residen mis sueños más secretos y profundos
ese mismo que escribo en las noches de sentimiento y puñal
ahora tengo poder suficiente para permitirme pararme a pensar y no sentir el frío beso de la muerte venidera
porque ese ego de cáncer y recuerdos yace dormido en el sentido contrario de las agujas de mi tiempo y forma;
materia y espacio no son nada ahora

Mis días son de nervios y las noches llenas de mariposas al pensar en las letras al pensar que me toca ensayar de nuevo la emoción que tumbada sobre la misma almohada me brinda la oportunidad de descubrirme de nuevo cada amanecer

las frases se escriben solas y me susurran verdades improvisadas

Palmas y alegrias por el fuerte poeta y su débil recuerdo
que ese ego ya no grita en mi garganta
esa ira no invade mi hígado ni puebla de presencia mi costado
la sangre no sale en naufragios de mis venas ni escuece en los versos finos de sincera plata

el león yace dormido en el sentido contrario de la cama
donde un día residían mis lágrimas
esta almohada es de fría montaña y cálida playa
sus sueños ahora se acumulan en mis ojeras y los llevo con orgullo y beso al orgullo y pasión y satisfacción personal de ser el león domador de su propia esencia salvaje.

martes, 30 de agosto de 2016

Quizá el recuerdo no sea de hierro
pero con sus labios y sus vigas estructura este momento
se hace infinito, improviso el verbo el sustantivo
El verano que paso subiendo por tus latidos
Cien años que no son de Dios ni de beber semen frío del cadáver que me acecha

Cien años que se cambian por tener y quererte
Quererme
Luego, que importa la muerte
Sino son las pieles que coso ni el tan siquiera que esbozo

¿que importa la muerte?
quiero tus palabras en mi pálida lápida
tu frente, tu pecho, tu mechón de pelo gris
tú que no vives y juegas a existir
a exigir el momento cuando lloro
cuando no soy nadie y me vuelvo del todo
me giro en derredor el corazón de piedra seca
porque el recuerdo es de hierro y las vigas y los labios destrozan lo que siento.

Vuelo raso por tus caderas
una piel bella de luz de estrella me ciega
acabo estrellándome contra ella

un llanto de bebé flota en el eco de un trueno
una tormenta me deslumbra de nuevo cuando solo el verso es lo que tengo y pienso,
si el recuerdo fuese de hierro,
si pesara más que el pesar de dentro,
la retórica y retorcida y malparida pregunta volvería de nuevo a flotar en el eco de un trueno sollozante

Y ¿me pregunto?

'pa qué interrogantes'

Cuando muere el poeta

a una boca llena de sangre :

parar las campanadas con el pecho sólo fue el principio;
sentir su eco en mis adentros me rompe los dientes y me nubla el tiempo
teje un intermedio en cadenas
me deja sangrando en la acera.

Caminar es volar si uno lleva al viento por compañía
que la noche me aprieta y veo el bordillo a ras de mi boca
Me pide que descanse las cervezas y que le escriba a tus caderas
me incitan a parir este poema
caderas sin nombre sin dueño sin vereda
escapo de ellas cayendo por la escalera
porque su eje es de tiempo y no de vértigo . . .
pero tú y yo sabemos que no hay caderas ni escaleras

Aún así el momento me llama a escalar por tu cuerpo como si mi alma estuviese cosida en enredaderas.

Me asaltan los recuerdos
quiebran las columnas del templo que duraron eternas en mi cuerpo y firmaron una paz inquebrantable entre aliento y boca
Susurraron sin querer verbos que no conozco y que aparecen en mi mente con el eco de una voz y de una campana que llora

De una vez y sin respirar recito la respuesta:
no conozco más salida que ésta
un arte que entiende y que se desentiende de vanidades y frías copas de agua turbia para paladares desérticos
espíritus que caminan muertos
caminos que son el espíritu de una muerte lenta y segura
alternación, alternativa, alternador
que cambia su voz por silencio
alterna el día y la noche sólo girando en la misma cama
no me extinguen ni las ganas que te tengo ni la desgana por tenerte
no sufro de cortafuegos ni de bosque
pero me alterno la mentira y la verdad en unas memorias prohibidas

cuando muere el poeta nace el poema
donde cae muerto su amor brota una flor,
un tulipán por la despedida
un pensamiento por el sentir;
sale un beso por el momento helado en el tiempo
un adiós en el hasta luego.

Transeúntes...