El hambre no se desarrolla sólo en el estómago; es un rugido interno que gruñe por el vacío; o por estar lleno de una nada opaca y negra; el hambre grita desde el hígado, la ira apagada por fin; el hambre muerde desde el cuello, la voz es el bocado; el hambre me toca desde el sexo, la carne es solo un mensaje.
Hay un amor que se ha comido a ese corazón que nació nuevo y falleció joven. Su hambre era gula. Necesidad. 'No pasa nada', susurra el duende en la conciencia; la construcción infinita del amor no conoce límites, el cemento es sólido siempre, no es aire como el futuro. 'Tú tranquilo; vuela fuerte y alto, metáfora de pelo rizado, vuela libre con tus nuevas alas, tú, hombre tranquilo que me acoges con tu pensamiento aquí en tu vida' ahora la estevia renace de su propia nostalgia, que es la tierra, mojada, humedecida por la saliva que sueltan mis comisuras al contacto con el hambre.
Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.
viernes, 23 de marzo de 2018
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