Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

martes, 30 de agosto de 2016

Quizá el recuerdo no sea de hierro
pero con sus labios y sus vigas estructura este momento
se hace infinito, improviso el verbo el sustantivo
El verano que paso subiendo por tus latidos
Cien años que no son de Dios ni de beber semen frío del cadáver que me acecha

Cien años que se cambian por tener y quererte
Quererme
Luego, que importa la muerte
Sino son las pieles que coso ni el tan siquiera que esbozo

¿que importa la muerte?
quiero tus palabras en mi pálida lápida
tu frente, tu pecho, tu mechón de pelo gris
tú que no vives y juegas a existir
a exigir el momento cuando lloro
cuando no soy nadie y me vuelvo del todo
me giro en derredor el corazón de piedra seca
porque el recuerdo es de hierro y las vigas y los labios destrozan lo que siento.

Vuelo raso por tus caderas
una piel bella de luz de estrella me ciega
acabo estrellándome contra ella

un llanto de bebé flota en el eco de un trueno
una tormenta me deslumbra de nuevo cuando solo el verso es lo que tengo y pienso,
si el recuerdo fuese de hierro,
si pesara más que el pesar de dentro,
la retórica y retorcida y malparida pregunta volvería de nuevo a flotar en el eco de un trueno sollozante

Y ¿me pregunto?

'pa qué interrogantes'

Cuando muere el poeta

a una boca llena de sangre :

parar las campanadas con el pecho sólo fue el principio;
sentir su eco en mis adentros me rompe los dientes y me nubla el tiempo
teje un intermedio en cadenas
me deja sangrando en la acera.

Caminar es volar si uno lleva al viento por compañía
que la noche me aprieta y veo el bordillo a ras de mi boca
Me pide que descanse las cervezas y que le escriba a tus caderas
me incitan a parir este poema
caderas sin nombre sin dueño sin vereda
escapo de ellas cayendo por la escalera
porque su eje es de tiempo y no de vértigo . . .
pero tú y yo sabemos que no hay caderas ni escaleras

Aún así el momento me llama a escalar por tu cuerpo como si mi alma estuviese cosida en enredaderas.

Me asaltan los recuerdos
quiebran las columnas del templo que duraron eternas en mi cuerpo y firmaron una paz inquebrantable entre aliento y boca
Susurraron sin querer verbos que no conozco y que aparecen en mi mente con el eco de una voz y de una campana que llora

De una vez y sin respirar recito la respuesta:
no conozco más salida que ésta
un arte que entiende y que se desentiende de vanidades y frías copas de agua turbia para paladares desérticos
espíritus que caminan muertos
caminos que son el espíritu de una muerte lenta y segura
alternación, alternativa, alternador
que cambia su voz por silencio
alterna el día y la noche sólo girando en la misma cama
no me extinguen ni las ganas que te tengo ni la desgana por tenerte
no sufro de cortafuegos ni de bosque
pero me alterno la mentira y la verdad en unas memorias prohibidas

cuando muere el poeta nace el poema
donde cae muerto su amor brota una flor,
un tulipán por la despedida
un pensamiento por el sentir;
sale un beso por el momento helado en el tiempo
un adiós en el hasta luego.

sábado, 27 de agosto de 2016

Gótica

En unas entrañas que huelen a siglos y a turismo de día pienso en esa tranquilidad que flota de noche y que muere en la luz
me susurra el paso de los años con voz de viento y campanadas

Cuatro cuartos y once balas
acaban en mi pecho recostadas
las once en la noche y yo tan pronto amaneciendo, sangre brotando de mi sentimiento, sangre galopando por dentro, sangre que es tinta y tinta que fluye en verso;
cuatro cuartos y once balas, acaban en mi alma grabadas

se proyectan sin querer en estas palabras
porque se improvisa el aire tras la esquina donde floto
escribe versos en movimiento que son míos y de ellos
pero no nacen de esta boca ni de este aliento
brotan de la conciencia universal que une pensamientos
¡Son tuyos y nuestros, vuestros!
de cabeza a cabeza van brincando mientras uno está soñando mientras se escriben al momento
nos describen
Sin que quieras te rellenan, te completan, sin que los sientas te sienten, te envían recuerdos, imágenes que no han vivido su tiempo, esperando al ser completo que les da cobijo en su cabeza
y les da forma en su corteza, en el corazón que late al ritmo de las alas que se baten.

Dentro de las entrañas góticas de esta ciudad que me enreda soy araña y mosca muerta
tejo mi conciencia con fino hilo de seda y dejo mi cuerpo frío en ella
destruyo lo que dejas por ser yo la araña y la mosca muerta

Negra bóveda sin estrellas
luces que a lo lejos iluminan su ausencia

Tranquilidad del gótico bajo un cielo negro
se rompe sin yo quererlo
el compañero me recuerda que yo vivo dentro, me dice vuelve ya pa dentro, tú, cocinero de recuerdos de recursos de esfuerzo
que me reclama el cliente a darle su alimento muerto
y me viene a la cabeza que el querer parir estas letras en las entrañas de esta ciudad vieja que se viste de etiqueta no es diferente a tenerlas ya mamando de mis penas mientras pienso en ellas y se escriben con voz de viento y campanadas de once balas,
porque el poema nunca acaba.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Apellido intermitente

Si tuvieras que recorrer este silencio de madrugada sólo sintiendo, no sintiéndote ni sintiéndome, sólo latiendo latiendo y batiendo alas,
serías la gota que llueve o afluente que nutre
calma intempestiva y palabra nueva
Nacería tu orgasmo de mi carne o del susurro de los placeres nocturnos
¿Serías retórica?

Serías poema o manchas de esperma en la mente, el menor de los problemas, la maldad que como bomba cae sobre la humanidad y la destroza creando monstruos de sonrisa dormida y dientes largos de neutra plata, inertes y pobres
Qué serías, tú que no eres nada pero juegas a ser todo, si tuvieras que recorrer este silencio de madrugada sólo siendo y no sintiendo.
Un punto inminente que viene a recordar la ortografía del alma
que nace descalza en una boca escarchada y que se olvida de como se escribe sin tapujos ni pieles mudadas
yo sé que vendrías desnudo por dentro y vestido de penas, siendo lágrima de cataratas saladas para esta mejilla que se olvida sin querer del salazón cuando no quiere sabor a despedida, a pañuelo de estación.

Una vez mas me vuelvo del revés la piel y me arranco la voz para escucharla de cerca
me unto la carne dura de mi entrepierna con el tacto de tu fría lengua
en mis sueños muerdes y arrancas la mañana a golpe de madrugada, de calentón en plena huida, de guerra perdida, de lágrima fácil y salada

Y una vez más soy yo el que puebla mis heridas, gusano que teje mariposas muertas escondidas en el sueño que baten sus alas a la vez que late el corazón y llenan mi estómago de tu imagen y sonido, de voces y susurros y retórica retorcida, que me arrastra de los pelos hasta la salida más lejana, para que duela tanto que no sienta más nada.

Como digo el poema no acaba, leo y león me arropan en las noches solitarias
las sabanas no piensan en cubrir nada, ni piel ni pudor, ni sudor, ni tu voz contaminada
sólo el recuerdo me ata a esa casa
el apellido, la sangre coagulada
la lengua afilada que se desborda reventando el dique impío de tus palabras
pues todos mis versos llevan tu nombre sin yo quererlo
eres el aliento que los impulsa y los cuece a fuego lento
que me mece despierto en la cuna del tiempo
me asfixia con la almohada de los sueños imposibles
las rimas que no riman
las miradas que doblan la esquina de mi calle
las veces que me muero y las veces que estoy muerto
cuando no noto ese aliento
cuando no se si puedo, si debo, si quiero
cuando el calor me aprieta los galones y me hace sudar desde los cojones hacia dentro
muy dentro tu golpe y por fuera el destrozo
el cuarto roto, la ropa que no crece, de marcas y vanidad, cantidad, calidad sólo para tus conceptos
que mi cuerpo no tolera y siente alergia
regalos que no acepto pero recojo con mis dedos

yo quiero plantas y púas que me arañen las manos
que me recuerden lo vivo de la sangre y su escarlata
la pausa que llega inminente y que me esboza la inspiración
coma, estamos en coma
el recuerdo no lo siento
no, lo siento

Seguimos en coma
la relación sólo fluye por tu corriente
la mía hace tiempo que creo su propio afluente.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Sin los galones no eres nadie

Concurso y feria de vanidades, dispuesta para arrancar la humildad a base de falso oro y más falso techo
Me sugieren palabras que no encajan ni se amoldan al sentimiento
Ni son puras ni putas
Ni florecen los cojones y me ofrecen en balde
porque sin los galones no eres nadie

Ego egoísta de un yo muerto
saludos desde el infierno de mis adentros
no,

no hay calor en ese mensaje.

Sin los galones no eres nadie, dijo la medalla al muerto en combate
pero sobrevuelan la tumba del ayer los mensajes transmitidos y testamentos no escritos
una bandera que ondea al viento y otra que yace envolviendo el pecho, el lecho, la tumba y monumento al tiempo
un cuento que no empieza y otro que nace muerto
o nace pesando un kilo y medio de palabras que no encajan ni se amoldan al sentimiento, puras putas de cuerpo entero, desde el alba hasta el crepúsculo, cubriendo la noche de velo e ilusiones, de morfina morriña y mordida en los galones, que me cuelgan de los años y se atan con cadenas de fría plata como el gallo a la mañana.

Me siento derecho y vela encendida, erguido de espalda y cuello, con la pluma empalmada y la tinta corrida, la vera de cuerpo y sábana que no distingue piel de escama
en mi España de galones y ego extendido llenando los dominios y los domingos de una mente abierta y brillante con falso oro y falso techo
excéntrico
pudriendo lo ya muerto
siendo gusano para un esqueleto.

Te quiero y quiero saber que sabes querer

domingo, 7 de agosto de 2016

No hay poema

No queda verso, mi respuesta es silencio
Puntos finales y no suspensivos
No suspenden ni acomodan
Sólo dejan nanas de sangre y leche tibia, una coagula y otra se enfría

Padre sin padre que rechazas mis adentros, no me quedan versos para ti, sólo esto
Un te quiero roto como mi yo mas pequeño
mil palizas y un beso luego
No me quedan huecos en la piel para tus golpes ni tampoco alma que puedas destrozar
Son veintitrés años ya y aún siento tu puño de hierro
Mi sangre cayendo y una hermana que llora
un nombre muerto y mi cuerpo en medio
mis dientes temblando y el recuerdo mojado
tu frío aliento, materia, regalos que llueves tras la pelea y que pretendes que curen pero solo agotan paciencia hasta que su propia esencia se hace eterna y ahora fluye infinita
misericordia para mis heridas, paciencia, quema las lágrimas y las larvas que infectan.

¡Soy hombre de hombres! No niño ni principito, ni principio, no más cuadros colgados en paredes azules ni más flores ni tampoco fruta a destiempo en mañanas llenas de silencio que sólo la radio y tu quejío quiebran

Me debes mil poemas y me los cobro cada día
Me debes heridas, sangre hervida, leche fría
Me debes una infancia y no un futuro
Te quedaste lo crudo lo duro lo adjunto a este alma
Te quedaste mi querer y devolviste nada

Transeúntes...