Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

viernes, 25 de febrero de 2011

Pray for me.

Se reflejaba en el espejo,



sin embargo es invisible.
Aprenderá a no volver a ser visto, porque ahora eres invisible. Tan dulce cuando llora sangre que nadie puede ver, porque ahora es invisible. ¿No puedes ver?
Comiendo sesos como huracanes, rompe sus piernas como cristales en la oscuridad. Como balas de la miseria, son daños a no queda nada por ver. No queda por dar, no queda por regalar, por brindar. Se empapó en alcohol y respiró aires de colores, hasta que fue invisible.
Ahora no tienes secretos. Puedes usar esos cristales para rajar cada una de tus venas para rajar cada una de tus mentiras y hacerlas miseria, pero sin ser visto. Puedes calmar sus balas aprendiendo a esquivarlas, te pones frente a ellas para superar la miseria conociéndola primero. Porque eres invisible.

Se hizo caso y abandonó sus ganas de sufrir. No veía porque lo que sentía no le mejoraba, lo que veía le hacía sentir deforme, del revés, se escondía porque era demasiado visible ante lo común. Los muertos de vida, y en vida.
Entra en un mundo demasiado grande, donde nadie puede verle. Se alegra y llora por ser así, se convierte en aire para mentalizarse de lo cerca que nada del amor. Porque es demasiado blando como para correr delante de él. Al fin y al cabo es invisible... nadie puede herirle.
A no ser que seas una bala en la luz, cayendo a mi lado como el sol destrozando mis ganas de seguir. Pero sigue intentado hacerse a la idea de que no pueden herirle, porque es demasiado blando.
Yo se que es fuerte, porque el se hizo asi, blando pero resistente. Es un gato, nada libre por mares, sin miedo.

Psicodelicamente ido. Se ha consumido y ha expirado, dentro de la abundancia de su ser. Cruces cruzan su quijotera, son mas y menos dulces. Como un haz de luz en la oscuridad, te quema por tu entorno y te hace más fuerte.
Si has sido un mal, un tumor en tu carne, mejor cierra los ojos y déjate ver por dentro. Ahora eres invisible, eres carne y eres aire. La oscuridad hizo de la luz un leve momento de calor, volviendo al frío que la noche transmitía. Aún así quemaba tu ausencia.
Aún así necesitaba esa luz, no quería música que apaciguara a las fieras que llevaba dentro puesto que la noche le cantaba a los cuatro vientos sus penas, le interpretaba el Requiem de Mozart despertando su piel de gallina. Le mataba a golpe de calentón y a golpe de calor en el frío, así que quemaba el doble. Pero le gustaba, le hacía sentir vivo... aunque le disgustaba el metodo de continuar respirando. Era subir y bajar, subir y bajar, quedarse y marcharse. Volver, reír, llorar, subir, bajar, y quedarse. Lloraba porque lo necesitaba, aunque no derramase lágrima alguna (lo invisible no llora, no tiene por donde hacerlo).
Yo era la luz, la oscuridad, y el aire.

martes, 15 de febrero de 2011

Quien fuera cuchillo para cortar su cuello.

Será agua que baja por su garganta, como un rayo, electrocutando todo a su alrededor.
Le escocerá como lobo que lame sus llagas, sus heridas manchadas por el tiempo. Sus aullidos derrotados, agotados, malcriados por la soledad. Tenía miedo a andar solo y acabó devorado por sus feroces mandíbulas. El miedo le consumió, hizo de él un amor hecho pedazos de carne, sin alma. El miedo le absorbió.
Pero no se fue para no volver, no quería no estar vivo para verse renacer.
Sufría pero no lloraba. Será que por fuera llovía más de lo normal. Será agua que bajaba por su garganta, como un rayo, electrocutando todo a su alrededor. Le hubiese gustado venir a ayudar, pero dijo que el mar podría electrocutarnos a todos en un principio.
Para en el final no ser más que restos de carne frita.

Soy aquel que un dia se ocultó para no sufrir con su reflejo, aquel que frente a sí mismo no hacía más que temblar, para de cara a la realidad haber agotado ese terrible miedo a los tiburones y poder sonreir sin peligro. Eso sí, sin enseñar los dientes.
Ese era el muchacho del pelo rizado, que hablaba a solas por las noches disfrutando de la maravillosa compañía que el viento le brindaba, pues me hacía más invisible ante lo que no veo, me hacia visible frente a un momento de debilidad. Ese viento que sopla y sopla por mi cabeza, que hace huracanes y provoca maremotos que nunca desearías contemplar. O lo harías para deleitarte con la belleza del mar, con el reflejo del sol en sus carnes.
Jamás me tomes por un simple peluche agarrado a su infancia, agarrada ésta a su corazón por evitar crecer. Le hacía sudar, le hacía mimar cada segundo aprovechando que el tiburón no rondaba sus mares.
Le hacía feliz, le hacía mirar tras su fuerte espalda de enredaderas cruzadas para sonreir ante el muchacho del segundo pasado, que perdía el momento temblando y sudando, deseaba ser más alto y fuerte, deseaba no cavar en su pecho, deseaba notar esa mirada desnudando su piel.

Es más que un simple loco con la cabeza jodidamente ordenada, con las ideas muy claras sobre lo que aún no ha sabido, sabe y sabrá. Es toda su pasión, toda la belleza que nunca sabrás atrapar ni saborear. Es toda la fuerza que en 51 kg de peso reventaba sus topes y contagiaba su alma.
Es la furia, el miedo, la destrucción. Es saber marchar sin mirar atrás, es desapegarse de todo lo pasado, sacado ya su jugo futurista. Es fue, es y será.

Quien fuera cuchillo para cortar su cuello, quien fuera valiente y separaría infierno de cielo. Quién estaría tan cuerdo como para romper el cromatismo entre siempre y jamás, pues hay que estar muy loco para atreverse a vivir.

sábado, 5 de febrero de 2011

Vuelven a salir chorros de la naturaleza.

Con tus manos en mi pecho, mirando la piel con la piel, mimando lo que sentimos por lo que odiamos. Tocando nuestras miradas. Sintiendo tu calor como nuestro mayor pecado.
Son los latidos, el concierto favorito; cuando arde, en mil besos, nuestro pecado. Cuando arde al ver tus ojos clavados en mi piel.
Llegó en Diciembre con todo el calor de la pasión que bajo su piel se esconde.
Con tus manos en mi pecho, nadando entre pasiones de cristal que por dentro dejan ver y se dejan comer. Transparentes, sus más oscuras y lujuriosas entrañas están hechas de nuestro amor.
Se desatan como fieras cuando tu piel roza la mía.

Romper los cristales de pasión a golpe de calentón.
Amor y destrucción a la noche, a la carta, en bandeja de cama.
El vaho de los cristales nunca fue tan espeso... emanan como chorros en la naturaleza.
The great gig in the sky, su canto celestial nos quita la piel a tiras, para desear más adentro como si quisiera en una destrucción pasional entrelazarse hasta que enredaderas suban por mi espalda.

...but everybody hurts, someday.



Making of:



miércoles, 2 de febrero de 2011

Por renacer.

Se vuelve loco con pensar que podemos volver a la misma mierda que tanto daño hizo.
Todo el mundo que vivo pasa frente a mi, volando y cortando, cortando y lo que vuela hace mas daño que mil huracanes de felicidad deshechos. Deshechos, de esos que al recordar su paso hacen lagrimear. Todo el mundo que hemos vivido pasa tras nosotros, y nos va a joder la vida.
You don't care about how I feel, and I don't feel it anymore.
Silencio y mierda, sudor y lágrimas.
"Mírame, mírate, míranos, siente como ellos, piensa como ellos, muere como el ayer, poco a poco, te vas, para volver."

Silencio, amigo mío, la oportunidad pasa a nuestro lado riendo como un niño pequeño. Que se va, para volver, o eso espero.
Me voy, te vas, aún no hemos vuelto. Cierto es que no debo atreverme a afirmarlo, puesto que sigo viendo la mierda y escuchando el mismo silencio.
Por renacer, todo sea por renacer. Primero hay que morir, que morirmos, que nos vamos.
Para volver, conmigo y contigo. Amigo.

Transeúntes...