Un impulso me devuelve a las líneas ;
Por la noche siempre, despacio y tarde, me vuelvo a decir; espera, no sé si en primera persona, o en tercera; me se vuelve a decir: ¡despiértate y vive!
Por el sol naciente, su verbo volver siempre traspuesto. De lado. Sediento.
Marginando los versos a otro párrafo. Desterrándolos del continuo espacio del presente. Se me olvida volver.
Con el corazón palpitante, rápido y volviendo, pero se olvida la palabra escrita, con los meses y el sinsentido del verbo transitivo y divino. Aleatorio.
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