Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

martes, 28 de diciembre de 2010

Yo mismo te encontré. Tú me dejaste encontrarte.

Hasta que estemos muertos.
Está escrito en sangre, sangre azul que lágrima a lágrima cae deslizando por el cielo.
He amado y he perdido. He sangrado escribiendo, he escrito con sangre lo que amé un día.
He dolido con amor lo que ese día rompimos, te he encontrado, nos hemos quedado. Aquí estamos.
Hasta que estemos muertos, hasta que rompamos lo que amamos.
Dormí sin soñar, que cerré los ojos, pero nada más. Sin entender lo que pasaba por mi mente, menos aún lo que el corazón sangraba. Más hardcore de lo que esperaba, me emociona el olor que desprendemos, ese que nos encierra en el cielo, hasta que estemos muertos.

Glorioso sacrificio, el cielo te restauró en vida. Ven conmigo, a través del odio, del miedo y del agua. Claro, como el agua. ¿Qué hay de emoción? Lo extraño...
Es una sonrisa dentro de una mirada, una mirada dentro del mar, un lugar dentro del corazón. Lento. Extraño, como el amor.
Para tí y para mí, sumergidos sin principio. Somos, que estamos locos.
Que hay miedo, odio, y rarezas, que estamos dentro del amor mordiéndonos el miedo. Sacándole el jugo, sangrándole las ganas.
Comiéndonos, pero si no... ¿dónde estaría la emoción?
Estaría seco el mar, sería arena... ¿donde estaría la emoción? En lo claro... lo extraño mola más.
Dentro del infierno, dime, miramos la manera de mirarnos, contemplando la locura de frente. Que estamos haciéndolo bien, esto me motiva, ¡oh, glorioso sacrificio!.
Necesitas a alguien que te ayude a sumergirte, que necesito alguien que me rompa los huesos debajo del agua, que me ayude a temblar de amor sonriéndole al miedo. De frente, tiburón, dulce y glorioso sacrificio.

Sin miedo no habria emoción, estamos en ello, estamos comiéndonos con los dientes el alma.
Estamos dulcemente apaciguados esperando a llegar a lo mas hondo de este mar, dulcemente glorificados esperando llegar al centro de nuestro corazón.
Hasta que estemos muertos, hasta que sacrifiquemos nuestro cuerpo en busca de aquel miedo que me brindó las ganas de seguir, las ganas de encontrarte y lo más importante, las ganas.
Las ganas que tengo, que te tengo, que me tienes, las ganas que le gané en la partida de borrachos de barra del mar a la soledad; infierno, que me quemas mas que mil infiernos. Pero no evaporas este mar...

Me encanta la manera en la que me enciendes, me prendes, me dejas, me atas y me consumes, lento. Lento, hirviéndo la sangre.
Son las ganas, son aquellas maneras de mirar al Madman haciéndole ver al dueño del garito, ¿quién se atreve a hacer rechinar los dientes? Solo el tiburón merece el premio...

2 comentarios:

  1. otro texto más, que a claudia le deja así
    :O

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  2. dios mio,esque siempre me dejas sin palabras y solo me queda decir : impresionante

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