Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Tu proteges el fuego. Ahora toca dormir en él.

Todo duerme menos las ganas de gritar.
La ira que descansa soñando la paz que tus ojos me mienten, que tu sonrisa me roba, y que tu garganta suplica. Suplica por nosotros.
Hasta que no estemos muertos, no sabran quien hemos sido.
Así que, ¿por qué no ir? Ir lejos, allí donde la voz se confunde con los alaridos que susurra el alma.
Dormida.
Despertar diabólico, con ganas de verte y sin manera de tenerte.
¿Por qué no ir? La fuerza para marchar y el miedo a llegar.
Pero es un sanguinario ilusionista, tenebroso a la luz del día y con los dedos rotos de escribir tu nombre.
Pero es un lamento vestido con una sonrisa, pintada en la cara, sin ganas de enterrar al muerto.
Pero yo te daré requiem, yo te daré sangrar por los labios.
Cielo, tú eres el infierno que conquista mi miedo, tu eres el tormento que le grita a la paz.
Infierno, que el señor se apiade de mi.

Pesadilla.
Miedo a volver a andar sobre tiburones, miedo al miedo. Terror del miedo que da cuerda al reloj de la valentía.
Pánico.
Odio y ganas de quererte, ganas de pillarte y no soltarte.
Y, ¿por qué tu pesadilla inunda mi sueño?
Por qué mis pesadillas se calman con tu mirada; dame mas droga, dame mas odio que haga mis venas arder.
Luchemos por nuestra conquista, que el sol es nuestro.
Que la noche no es más que nuestra oscuridad, que la luna es la que se besa con el anochecer.

¿Lo oyes? Es el latido del sol. Es el maldito tic-tac de mi corazón, marcando el compás de una noche esculpida por el frío, por la amargura y por la nostalgia.
Esto me va a herir más que a ti, pero no por eso abandonaré el turno de noche, no por mas miedo al miedo se retorcerán y arderán mas rápido las venas.
Me dan la destruccion y yo la adiccion. Me dan la mano y yo me hundo.
Soy la Niña, la Pinta, y la Santa María cruzando ahora este mar en busca de terrenos donde asentar mis ganas de encontrarte.
Pero mientras, devorémonos, empezando por el alma.

Será el pequeño secreto de Dios, y, de momento, del chico del pelo rizado.

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