Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Todas las noches que escaparon del fuego...

De esta noche no me muevo hasta que estemos cerca.
Estamos quietos, mi cuerpo te espera a besos, mi corazón te derrité a fuego lento.
De esta madrugada caemos hasta que estemos cuerdos, subimos hasta que la locura nos haga sentirnos mejor.
No fumamos, pero nos consumimos lento como el OCB, corazón a corazón... que yo también me derrito cuando te acercas. Labio a labio nos hayamos bajo esta parada de autobús, esperando que la noche se alejase al fin del fuego. Las manos deslizan junto a la lluvia por el mundo de tus caderas, donde llueve más que aqui fuera.
Deberías ser ilegal, vas en contra de mi tensión, por lento que ardamos latimos rápido.
Te espero, pues, aqui tumbado, contando minutos que quedan para que desaparezcamos. Nos metemos en la lluvia de fondo, ¿qué queda?, sentir el fuego calentando nuestra piel.

No se quien me calienta más, si ese fuego o tú, entera. Menos aún la lluvia caliente que tras pasar por nosotros sale disparada en forma de emociones ardientes. Llámalo amor, llámalo odio al odio, o miedo al miedo.
Calor, sube por las venas hasta inundar este simple cuerpo de masa muscular y huesos. Malqueridos huesos, rompiendose contra el suelo.
Malodiados somos, y así de amados nos sentimos.

Todas las noches que escaparon del fuego, que hayaron su refugio en nuestro cuerpo, donde el infierno reina a traición, susurrándoles el requiem a aquellas que buscaban la paz.
En nosotros encontraron la guerra.

6 comentarios:

Transeúntes...