¡Que se cae la luna a pedazos!
Desde el palacio más recóndito, vimos al angel que nos guiaba. Ciegos de la locura, saltamos sobre el acantilado hasta el mar.
Chocamos.
Esperabas un amor de película, lo espero cielo; te deseo, deséame a grito sarcástico, duéleme en lo más profundo del dolor. Y haz lo mismo para quedarte, pero del revés.
Siéntete en lo más profundo de la ceguera, que choquen nuestros amores.
Que retumbre el hielo, que sople el corazón sin que nunca haya tenido amor. Y que renazca el comernos el alma.
Al dia siguiente del crash, ni mucho menos pensabamos que el sol saldría por donde quisiesemos.
Siempre seremos nuestro angel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario