Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

miércoles, 5 de enero de 2011

¿Miedo yo (soy el miedo)?

¿Te crujen por dentro?
Es sano merodear por mi odio. Me hace más fuerte ante lo que no se ve y muerde, más tiburón ante lo que brilla y acaricia.
Me vuelves, me vuelvo loco, me haces compás de un latido que calla latidos, me haces complice de lo que no vemos.
¡Silencio!
Vuelvo a volver, que me fuí para morder.
Dame egoísmo, dame dar, rómpeme que me hicieron de cristal. Me gustas por que te muerdo y por dentro hay odio.
¿Locura, vida? Oh cállate, que se vuelve invisible el aire cuando soplas.
Mente a un lugar, piensa como ellos, siente como ellos, mira alrededor por ellos. Son preciosos, te romperán el alma si los acaricias un poco más. Así está mejor.
Son malditos, me nublan y me despejan lo que no se ve, me hacen más fuerte ante lo que buscan.
Buscame, encuentrame, te dejo mirarte y romperte de amor, amor. Amor.
Con las ganas, las ganas, oh cállate, que se restaura el aire si lo mimas.
Dame amor.
Dame locura, dame vida.
Dame pasión, odio, caracter, metáfora, dame respirár invisibilidad.
Dame ganas de mirar al miedo y decirle miedica.

Me arranco la voz para escucharla de cerca, que te espero desnudo bajo el manzano. Por dentro hay lo que no se ve, ¿pero acaso no soy yo el que nada desnudo en mis mares? Soy el que me muerde, soy el que se deja morder y la víctima de la pasión, que es la adrenalina.

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Transeúntes...