Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Roto en tres, dos...

Imágenes desgastadas. Un cielo quebrado en mil pedazos por la locura, por las bombas del pecado que suben del infierno, destruyendo un corazón acorazado pero de un color intenso. Vivo cual belleza.
Todo lo que me rodea pasa lentamente frente a mi, dejando su huella, sin que pueda hacer nada.
Ni ver. Ni hablar. Tampoco oír. Menos aún tocar.
Solo sentir.
Sentir como he escalado mi muro, ese dolor que tanto amo y que me impide abandonar este lugar. Y ahora no puedo miar hacia atrás...
Ahora no puedo ver más allá del dolor. Del dolor que yo permito que se apodere de mis corazas.
Te vas. Mi ego no deja de gritar dentro en mi interior, mi boca no produce sonido alguno. Está seca. Por mis ojos cae una lágrima empeñada en destrozar esta noche. Esa noche hice sangrar a las cicatrices, tanto que me descompongo por dentro, al compás de mi ego. Esa noche hice llorar a los ángeles...
Muerto, y bienvenido a este lugar maravillosamente triste llamado desolación. Algunos caminan solo por olvidar, otros simplemente huyen por recordar, lloran quietos en el puto recuerdo.
¿Qué hago yo? Yo soy de los que huyen. (Ah, lágrima por sonrisa. Es el trato...).
Donde el dolor se siente en carne viva, y la felicidad sosiega los cortes que produce la angustia. Ahora, dejame ir...
Antes de que sepa que me marcho. No puedo destruir aquello que elegí antes de nacer.
Pero si estoy solo no puedo odiar, nunca más me odiaré. No.
Y todo esto murió, cuando decidiste no luchar.
Creo que lo deje bien claro, en mi vida, sin mi no soy nada. No soy perfecto, tampoco lo pretendo. Ni quiero que tu lo seas... solo deseo una armonía que quizas no se halle entre estas cuatro paredes.
Tampoco se hallará en mis lágrimas, no lo dudes ni un segundo. No permitiré que me haga más daño por tu infantilismo, por tu educación retrograda, por tu comportamiento neandertal. Por mucho que te quiera, más me quiero a mi.
He superado tu poderoso martillo vocal, aquel con el que solías destrozar mi cordura, aquel con el que solías hacerme llorar en mi cuarto... hasta que me escociesen los ojos. Aquel que un dia me robó las fuerzas para seguir, aquel que ahora me devuelve las ganas de vivir.
Las ganas de demostrarte lo capaz que soy, de TODO. Nada es insuperable, tú precisamente no lo has sido.
Aquel que amaré con locura hasta mi muerte. Gracias a ti, soy lo que soy ahora. Gracias a ti, me veo capaz de escribir esto.
Aunque, en esta noche fria, las lágrimas hayan caido en mi cuaderno (¿y esto?), no borraron mi sonrisa. No.
¿A dónde fueron esos abrazos? Esos besos de buenas noches... Esa sonrisa de antaño, que irónicamente permanece aquí.
Pero, joder, Pablo Alejandro Ortiz Orzáez, dime por qué cojones permites que caigan más lágrimas en tu cuaderno. Dime por qué mierda te crujen los huesos, dime por qué carajo te sangra el corazón.
Explícame la sequía en el cielo, en esta noche de septiembre, explícame por qué hoy el infierno quema más que nunca. Por qué tragas esta mierda.
Porque estoy jodidamente loco. Yo lo amé y construí ladrillo a ladrillo.

No vine aquí para sufrir, más claro agua. No escucharé al silencio quejarse por ruido. No despertaré, o no dormiré... soñaré. No amaré al amor, ni odiaré al odio.
Menos aún te besaré con más ganas (tú te lo has buscado).
Todos mis deseos se mezclan en mi dulce introduccion a la destruccion, en un torbellino interno que me deja en los huesos, desesperado y ansioso. Matándome en mi tormenta.
Y tú... dime que sentiste al rozarte la lluvia. Al rozarte todo mi amor.
¿Qué sentiste? Aunque el tiempo haya intentado borrarlo...
¿Dónde quedó mi pasión? Recuerdo que se quedó durmiendo a tu lado... la llamaré esta noche (quizás aún huela a ti).
Y soñaré, nos guste o no...

Y me voy, lejos... muy lejos. Quizás te vea otra vez esta noche. Aguanta la respiración...
Dudas. El mundo autoexplosiona por dentro. Soy volatil...
¿Qué hubiese pasado si, en vez de seguir por ese sendero, me hubiera pasado a tus caderas?

... uno.

4 comentarios:

Transeúntes...