Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

jueves, 12 de abril de 2018

Poema infinito

Tu boca de palabras escritas me pide lo bonito
y a mi me viene a la cabeza la sangre azul del pescado y su aleta dorsal que corta como la ausencia
el poema siempre llega, yo pienso; dame tiempo, caricia y lamento
la versión de un amor invisible e inhóspito
un corazón que es nuevo susurra, con voz orgullosa,
'no es el amanecer del amor, no es, no puede ser
no existe para tí
a esta vida no viniste a sentir'
es la voz del miedo que vive también y que rompe las aguas de la certeza con su aleta dorsal de tiburón y de ausencia

y la respuesta viene silenciosa desde dentro, la fuerza, las ganas, mi aliento:
'a pulir entonces el sentir que ya sentí'
la antigüedad del amor como cadena que llevo en las piernas
me roza el camino porque quiere huellas
ahora será ésta de plata y no de pena;
el lastre brillante de volver a escribir

la voz que ofrecen tus palabras es silencio
sé que no existes y eres ajeno.

'Me abrazas por dentro y me pasas los deseos por la espalda, haciendo cosquillas hasta que me quede dormido'

Este poema no tendrá fin
será eterno aprendiz de la prudencia;
volverá entonces el poema que podría ser tuyo, si rimara con la ausencia

Son versos y mas versos , todos en mi cabeza , recitándose, riéndose, besándote en la frente
Recitales de una mente demente
paciencia es su palabra luminosa
brillante y comprometida
paciencia es la bendición recibida
la voluntad y el compromiso hacia ella.

La confianza me es de piedra por las noches cuando siento dudas que arañan el pecho del poeta y una voz que es de la tierra me cuenta el cuento del amor y del lamento y me da de beber el recuerdo líquido del esperma olvidado en la memoria del amor y la carne que se vuelve gris, la muerte que acecha, y las esquinas se redondean para dejar rodar una imaginación por el suelo que no para de gemir pensamientos y emociones, imágenes, caricias y esos lamentos de un amor memorial olvidado en el esperma espeso ya del cadáver que me puebla las entrañas y no entiende de comas ni puntos finales que no para de reír con su boca de mármol y granito y esas palabras que no dice me las grabo a sangre en la piel de mi pecho para no tener que olvidar de nuevo que ese amor infinito no viene de fuera si el que brota de dentro se compone de retales, y solo piensa en puntos finales.

Por el precipicio de la incertidumbre he caido
y en el agua he sentido la caída
en el aire solo había certeza de muerte
pero al filo de la navaja lo llamamos seguridad cuando desnudos bailamos en el desfiladero del miedo porque el cuerpo tiembla y la vida creemos que es la causante de la adrenalina
¡y no existe la caída!
desde el corazón la altura , desde la mente la llanura, en el cuerpo la emoción solo tiembla pensando en la idiotez de la expectativa y sus ganas de ser de una vez la realidad resolutiva que pondrá fin a la herida
pero, yo, en mi primera y plural persona, de múltiples individualidades, mi yo del ahora roto y complejo, solo entiende que la expectativa es la muerte de la voluntad.
Creer que llega como la marea, y no saber que el mar está dentro, que el amor es solo un reflejo
'ni príncipes ni princesas y arrancada pobre flor solo buscaba algo mejor'
la cabeza solo gira detrás del poema que no entiende de mareas ni caídas
Ese que sincero me daba la expectativa
y este que , honesto, fiel , compañero,
me da la salida.

La quietud de las emociones y la ironía hipócrita; tanto rezar a la paciencia y acabar rasgando el tiempo por querer conocer la vera del cuerpo y su alma
la bahía que te nutre y que me llama
esta noche no quiero palabras
por un sueño que es de agua deslizan los temores sus aletas y me vienen a recordar el terror el pavor el horror de la bienvenida que no viene por impaciente
querer el amanecer al despertar de madrugada y el refrán que acompaña estas palabras

Ronronea por los dos, corazón de maullidos, para sanar la piel y las nubes de tormenta
ronronea a través de este cuerpo, de los pelos, de los versos, ronronea con los dedos, con los besos, con los miedos
que tu vibrar sea el motor de este pensamiento,

la inspiración es fuerte por dentro cuando la droga de los vientos se lleva volando todos los recuerdos de todos los modos posibles en los que la escritura consciente supere al simple y presencial observar de las letras deslizándose en la vista en el corazón en el formato y que se para de súbito cuando se ve frente al momento físico , el río, el fluido y su verbo verdoso, el simple mensaje residente en el silencio, tan simple tan bello tan incomprensiblemente complejo en su manera de simple ser completo, ser sustantivo, verbo, adjetivo, determinante en la manera , en la voz, en la vida

Tu boca de palabras escritas me pide lo siguiente
y a mi me viene al corazón la puerta de tu pecho y el llamar tres veces
por mí, por ti
por la libertad de sentir.


Tu boca de palabras y silencios me pide que entre
que me atreva a recitarte estos versos de frente;
mi boca de palabras marchitas me pide el recuerdo,
ese de la vida que dicen que muere, el recuerdo, de la vida que renace, el recuerdo
la nostalgia de la cadena y el camino
la melancolía hecha los olivos de mi tierra
por tu pecho, por tu corazón de aceite y por la miel que sudas
por ahí resbala el querer reconocerte
porque la vida no muere y el amor trasciende cuerpos y tiempos y para él el espacio es solo un recreo.

el merecer tu querer y quererte hacer merecer

Pausa de verso
el simple renglón de lo ajeno
¿ qué vendrá en el siguiente escalón ?

Tu esencia de madrugada y nieve me llena de calor
una emoción florece en el interior
saber que luchas por tu fortaleza en el corazón, que tienes mil latidos para una ilusión
saber que los mares de tu alma son profundos y serenos y en tempestad cuando han de serlo
ese saber se me enreda en el pelo y rizo mis rizos buscando tu esencia de madrugada y nieve llena de palabras y silencios en bocas que piden lo bonito y lo siguiente

tú, esencia
de madrugada y nieve
llenas de calor mis corazones
inundas de fuego el que nace con las letras y palpita leve, poco a poco, paciente
ahora las noches son fáciles

Sueño que hay un corazón en llamas que en el futuro presente prende fuego a toda mi alma
'como el árbol en llamas que no ardía y hablaba la voz'

Digo que muerdes el cuello y la almohada, los milímetros de la piel recién sembrada, como el árbol en llamas que no ardía y hablaba la voz con un susurro tenue y brillante con la llama de una vela que baila al son de dos cuerpos que buscan en el otro ese fuego interno que sea el árbol y el bosque

No quiero cortafuegos esa noche
quiero que laman las llamas este alma
que sea destrucción y de nuevo la creación
que sea la piel recién sembrada, la carne de hermosas cenizas, crujiente la mirada, quemada, con tus ojos de la tierra, dices que hay un corazón en llamas que viene a prender fuego a toda mi alma, a aprender a prender, y yo me siento de madera como el árbol en llamas que no arde pero se consume en un leve amor que palpita poco a poco por las noches fáciles cuando sopla el viento fuerte de la tramuntana y hablaba la voz que se arrastra desde la distancia para extender este poema que tiembla de ganas de ser infinito

Tengo un tope en la garganta
y una cascada en la boca
algunas palabras no se atreven a pasar de la tráquea
y las que se rebelan caen deslizantes por la lengua, expectantes por nacer y ser libres
las más tímidas se refugian en la cabeza, recitándose sonrosadas, las más atrevidas se manifiestan en la mirada;
hay un límite que corta igual que el miedo y me nubla todo el pensamiento
me ahoga la voz
pero hay una luz que nace dentro, tenue, una rebelión que empieza desde el cuello, unas palabras rebeldes, nacientes, libres, tímidas rosas de un invierno que se acerca, que se atreven a florecer en el crudo y prematuro frío del miedo; empieza a romperse desde dentro, la costra de palabras secas, cruje y deja asomar la luz y la verdad.

Tengo un tope en el alma
que me asusta y me engaña
tengo un corazón por cada llaga, por cada daga en el alma clavada, por cada ilusión que no nació y cada amor que no sentí;
noto un crujido en los límites inculcados a fuego en mi ser, hay una rebelión que se alza contra la costumbre de estar siempre oculto en las memorias del amor, refugiado de una guerra interna, y noto el tope en la garganta que se cansa de ser silencio en la voz  y la cascada en la boca empieza a caer fuerte y estas palabras chocan con un formato que se parece a un corazón donde reciben cobijo y siento que los límites establecidos por la rutina del miedo se rompen de repente y se baten en retirada

Tengo unas palabras que se expresan de madrugada, improvisadas
y no tengo rimas en la manga
ni ases en la tinta
tengo mil versos y tres heridas para mil corazones
tengo unas ganas que revolucionan el alma y hacen reventar los límites que cohibían toda la voz de estas palabras.

El continente que tienen esos ojos
una geografía en la mirada
un espacio de tierra que quiero cultivar, mimar, cuidar
hay un continente que llena esa mirada
con océanos y valles, verdes bosques, tierra marrón de ojos profundos, casi deja a la noche sin esencia, y rojos versos de cariño me crecen de madrugada cuando pienso en la agricultura que ejercería con ellos y siento que el tiempo es absurdo y la distancia una ilusión que creamos dándole el sentido figurado y hasta literal que creemos merecer

Es por las noches cuando se me apresura una emoción, nerviosa, como la primera flor de la primavera, me recuerda a la infancia que ahora aprecio desde la madurez del alma y el cuerpo y me río, fluyo como el sinónimo de la palabra, hay una corriente que me atraviesa, me río fuerte, las palomas de enfrente se asustan y se arrancan del sueño, como si soy lluvia y me arranco del suelo. Es en esta misma cama donde nació el principio de la boca de las palabras escritas que me pedía y me reclamaba lo bonito de una emoción nerviosa y el miedo al mar que está demasiado en calma y llora por una tempestad. Ahora puedo pararme a sentir en paz un sentimiento que se sostiene en la paciencia y en saber que no florece solo en esta primavera interior, que hay otra flor que brota del frío, que nos arrancamos del suelo pero en compañía, con la boca de palabras escritas que pide lo siguiente y la puerta de tu pecho y del mío, la mía, la puerta de mi fortaleza interior que he alzado para dar paso a este tipo de noches que no había experimentado antes y sin embargo se deslizan suavemente castillo adentro con una luz de plata y luna, iluminando la oscuridad que tanto tiempo ha reinado en este corazón que se me sale del pecho.

Por un poema que se alarga cada noche se desliza una emoción principiante, una experiencia nueva, un corazón infante. Pero otra emoción se arrastra como las serpientes camino a casa, el decir 'sin fin', decir principio, es atar a un sentimiento con los lazos del espacio y del tiempo, existe un temor real a caer de nuevo desde el borde de la cama al suelo duro y de la realidad sentir otra vez el frío aliento que dice 'niño que quiere ser caballero' y que recuerda eso que susurran unos labios de cera, y me paro en seco a tomarme el tiempo como el café de la mañana, despacio, con la coma en su sitio al igual que la piel, a tomarme el espacio con dos pasos en retirada para tener la perspectiva más clara de estas palabras.
Aún así una estrella se rebela en la negra noche y se acerca y me da dos bofetadas por creerme agua sucia y estancada y me dice que corra y que vuele que me suelte las palabras que son el cordón umbilical que siempre me ata al vientre de la muerte y resucite al corazón que siempre temió tener que morir otra vez por atreverse a sentir algo que cree no merecer, que me calle y que escriba, que siga, que no me frene a mi mismo después de tanto pedir libertad en mi alma y misericordia para sus heridas.
Hay un botón en esta superficie táctil que dice 'hecho' y se desborda la palabra ironía por mi lengua pensando a la vez que el tenerlo hecho o deshecho se me asemeja a hacerlo con tu cuerpo, a hacer y curtir como en sueños un amor carnoso y un verbo en presente y no en pasado, porque no todas las emociones son inmarcesibles y las hay que marchitan con los días sucesivos y ya es hora de que se le caigan las putas hojas podridas de tanto negro latir a ese miedo que me aterra desde niño, a esa palabra solitaria que no es aquella luminosa que me brilla en la lengua, cuatro puras letras de flor de escarcha, y se me desarrolla esta prosa improvisada en el formato que dedico a tu existencia porque hay una relación entre esta emoción principiante que se desliza por un poema lleno de recuerdos por venir y todo este tiempo futuro que se ha repetido en mi alma como los cien años de soledad de un libro, en bucle, hay una relación entre el eco de tu nombre y toda la vivencia que me ha impulsado siempre a escribir, y la busco en cada frase que extiende las noches poco a poco en forma de palabras y silencios y bocas que siguen pidiendo.

Poemas paralelos de hojaldre que se superponen con capas grasas
tengo la lección de hoy mezclándose con las ganas
se reflejan, se nutren en simbiosis, un querer y otro querer
la técnica de amasar un corazón y desarrollar amor
no apliques fuerza o crearás nervio
aplica calor para romper el hielo que recubre el recuerdo
las fibras que condenan la elasticidad a un continuo retorno a la forma, como el miedo, los poemas paralelos que son de hojaldre me dan este hambre por conocer, por crear y por amar, pero me dan de comer el desconocimiento para que yo me aleccione en dejarme llevar y amasar a ciegas el porvenir, clavarme el verbo conocer en las sienes y encender una vela para esta oscuridad que tanto tiempo lleva asustando mi yo más pequeño

me entra un calentón y rompo la almohada
la sangre se altera y corre loca por mis venas, se encabrita, la relajo, la excito con la imagen tras los párpados, una mano que sale de debajo de las sábanas me roza el vientre y baja y me entra un calentón que cambia mi armadura por encajes y me suelta las fibras tensas del hambre por conocer y por crear y por amar

hay poemas paralelos que se superponen entre el sexo y el querer, los pliegues de una piel en desarrollo, uno simple, uno doble, otro doble, uno simple
mezclo el saber querer con el hacerte el amor,
amor invertido y el hojaldre también
las lecciones son las mismas y las condiciones también
amor del derecho y el corazón del revés
se me pliega la piel aleatoria de tu cuerpo en la mía, suena el eco de tu nombre con una voz tranquila y serena ahora que mezclo los poemas como quien junta harina y agua y pliega con la grasa de tu piel o la miel que sudas esta emoción principiante y paralela a un tiempo que se acerca desnudo, despacio, y me quita el hambre de la boca

'Que conste que esto no es amor' dice la razón,
'no me exalto solo por las ganas'
Yo le digo, silencio, guárdate la voz tras los colmillos
aquí no hay sitio para tus quejidos

Otoño
las hojas secas de mi pelo lo saben, otoño
has llegado justo a tiempo, tú que les das la voluntad de soltarse y revivir
recibir del suelo la fermentación de la nueva muerte y la vida que vuelve
y yo que hago de ellas la metáfora del amor y la metamorfosis del dolor, me sacudo de la piel las que se aferran al recuerdo triste y líquido, como el perro que sale del arroyo con su pelaje empapado de emociones, me sacudo las gotas de ese recuerdo de esperma y esencia, me sacudo las que se resisten al cambio de estación
hay un cristal empañado en el baño en el que se dibujan con improvisación las palabras y las alegrías
has llegado hoy como estos versos debatiéndose entre la noche y el día
estabas en la cama con una sonrisa
Has llegado como llega el otoño y la aceptación de la cura
yo que germino esta emoción por las noches;
primavera interna de un amor,
mima estos versos en flor

Esta siendo otoño, esta vez en la estancia, en el espacio de esta cama
Igual que llegó, tú llegas

Es real;
hay libertad en tu mirada

Pausa de tiempo, el simple renglón de lo venidero

El tiempo, un aquí y un ahora, la estancia fría, las sábanas limpias, octubre sin heridas
Un corazón que late fuerte y otro también
Si es recíproco no hay temor, nerviosismo virgen de ilusión, para y mira alrededor, coge impulso, ganas, bocas que escriben, no hay distancia
Te escribo aquí desde un latido tranquilo, lento pero fuerte; tranquilo Pablo, tranquilo
Hay una esencia que cuelga en el aire
Dice 'paciencia'

'no me frenes
pero no me aceleres'

Hay una alegría que rebota entre el suelo y el techo, en cada salto un beso, en cada espacio, tiempo; esencia suspendida en el aire, paciencia, no me frenes no me aceleres, déjame fluir, me dice una voz pausada cuando yo me abro el pecho entre las sábanas limpias y ahora y aquí, en la estancia fría, en un octubre sin heridas me dejo la emoción que respire por si sola y entiendo el camino individual que cada pie, golpeado o no, tiene que andar

Pausa de verso, pausa de tiempo
el renglón de lo ajeno y lo venidero
no tiene que ser simple ni complejo
solo tiene que ser, en infinitivo, y ser sincero
no me seas imperativo, hombre azul de los mil corazones, date espacio, dáselo, concédete tiempo, concédeselo
Deja de conjugar el presente según los mil latidos que te nutren
Hay una lección en todo esto que es tuya y nada más; administrar todas las emociones solo con respirar, en cada despertar, la rima no tiene que rimar siempre en un verso ni el corazón tiene que latir solo por un beso
Concédete la ilusión, el momento, conocer y reconocer, desconocer también.
Pero el poema infinito crece cada noche, porque se basa en la palabra amor y su verbo y todas las posibles combinaciones que implican individuo, carne, extranjero del alma, el que viene y el que está, el que se va, lo que se separa y lo que se para, continua escribiendo hombre azul de los mil corazones, niño que evoluciona, niño azul celeste, hombre que creces como un poema, hombre terrestre, y a ti te dedico el momento, estos versos en presente, incluso en distancia, que son todo lo que tengo.

Pero tengo que parar, dormir este poema, que hiberne, que fermente
Tengo que parar y seguir aquí, ahora, terminar lo empezado en esta ciudad que me ahoga con su toxicidad
Que crezca su calima en mis adentros, corriente roja de mis venas y pensamientos, un abrazo desde la espalda entregada a la noche y a las sábanas
Que crezca por dentro, en los recitales de mi mente, con cada movimiento; firme, tenso, suelto, ligero
Con el sol sucio y negro que me apuñala la piel y los recuerdos y el que brilla allí a lo lejos
Tenerte en la memoria, en la palabra escrita de mi conciencia, y no en la boca
Distancia de tu piel, tus ojos abiertos en la serranía, la carne, que crezca por dentro, el sexo erecto, el alma también, corazón, corazones, que crezcan por dentro los besos los versos el momento, no me frenes no me aceleres; susurra el poema que sigue en mi mente 'déjame crecer pero en silencio'

'esto no es una despedida'

porque la sensación siempre es infinita en las pieles aleatorias, en los ojos del cualquiera, los besos que no llegan ni de puntillas a rozarse en las bocas ajenas y escritas
me he precipitado, si, anticipado, por los precipicios de la incertidumbre caminando, y ahora caigo por consecuencia, y ahora en el agua siento la caída, en las manos secas siento el error de estas líneas; se me adelantan los versos a los hechos, y yo, impaciente, no me administro los mil corazones, pero ahora que caigo entiendo la lección justo antes del contacto frío de la realidad y si esto ha sido un sueño, una ilusión como todo lo que veo a mi alrededor, si esto es un juego de pasión y amor, entonces el poema sí que es infinito, porque son versos rojos que se dedican al amor y a la pasión y la emoción en primera persona ha sido la tinta y el formato. Y ni me despido, ni saludo, ni espero, ni me freno ni me acelero; he notado el frío y el viento, la ironía riéndose siempre, solo quiero vivir esto, que sea como tenga que ser; te agradezco a ti, que has vivido en este poema infinito, como el amor, a ti, la lección.

'los versos al amor, y no de amor'

Hay unos geranios rojos de pasión en una pared cualquiera que me recuerdan a la sangre que sale por tu nariz

Un cielo demasiado abierto para la sangre azul del pescado y el comienzo de un poema

Los recuerdos nublados por la nostalgia
La infinidad de estos versos que no acaban
Desarrollados en los márgenes del alma porque el epicentro del formato en blanco se me rebela en procesiones internas

Desarrollado en los márgenes laterales del amor, porque el olor de la almohada se va, la pasión se oculta en otras sábanas, los geranios florecen en sangre viva y yo, que te quiero en flor, pleno, lleno de individualismo, los miro de reojo por no recordar otra vez y poder olvidar de una vez.

Tu boca de palabras fáciles se me marchita por dentro
Tengo al olvido arañandome el pecho; es al contrario ahora, lo contado por lo vivido.

Quiero hablarte del presente, con tu piel emanando su vapor tenue, tibio, de versos inspirados, la miel que suda: el presente se comparte;
el amor que rompe el concepto de unas cadenas definidas
la fuerza de su espíritu, la magnitud de su esencia, y la extensión de las heridas;

quiero decirte que no existe tiempo, distancias ni cadenas, lastres, durezas del alma; una estancia fría, no existe ningún motivo mayor ni mejor que el mismo y constante cambio desarrollado en el presente y en este poema que sigue siendo de bocas e infinito

Veo tu amor moviéndose entre las hojas de los árboles y de mis rizos, sus recuerdos enredados, la materia de ilusiones que deja en rastro, veo como está siendo otoño de nuevo, esta vez por dentro, se marchita el amor que se mueve entre los huesos, el toque de queda, el poema infinito que se acaba, el recuerdo que se va, veo tu cuerpo en sueños gris y sólo, perro de la calle, yendo a por calor a cualquier parte, y pienso que dejarte ir es dejarme avanzar y el amor, si tiene que ser, será.

miércoles, 11 de abril de 2018

Tengo que soltar a este parásito; mi energía siendo fuego, ella sola muriendo, quemando los rastrojos del amor que dejó una piel y una ausencia.
Tengo que matar a este parásito; de mi sangre se nutre y la deja negra, los miedos siempre alerta, esperando aquel resquicio de debilidad para poder lucir de nuevo sus aletas.

'Las noches siempre queman'
Se me atragantan las madrugadas, el corazón que sembraste en el pecho con sus latidos lentos e intensos

viernes, 23 de marzo de 2018

El hambre no se desarrolla sólo en el estómago; es un rugido interno que gruñe por el vacío; o por estar lleno de una nada opaca y negra; el hambre grita desde el hígado, la ira apagada por fin; el hambre muerde desde el cuello, la voz es el bocado; el hambre me toca desde el sexo, la carne es solo un mensaje.
Hay un amor que se ha comido a ese corazón que nació nuevo y falleció joven. Su hambre era gula. Necesidad. 'No pasa nada', susurra el duende en la conciencia; la construcción infinita del amor no conoce límites, el cemento es sólido siempre, no es aire como el futuro. 'Tú tranquilo; vuela fuerte y alto, metáfora de pelo rizado, vuela libre con tus nuevas alas, tú, hombre tranquilo que me acoges con tu pensamiento aquí en tu vida' ahora la estevia renace de su propia nostalgia, que es la tierra, mojada, humedecida por la saliva que sueltan mis comisuras al contacto con el hambre.

jueves, 22 de marzo de 2018

Con su desnudez inspirada
moviéndose sigiloso entre los suspiros
' Aquí, justo aquí, así '
Se desliza entre las sábanas, se mueve entre la cama; ' no me lamas la nostalgia desde la piel '
ponme del revés los versos, que sean el recuerdo inolvidable de las mismas madrugadas repetidas en los pliegues más íntimos del tiempo;

los pliegues cutáneos del tiempo
unas arrugas profundas que vienen desde lejos, un futuro que no se altera pensando en la pereza de su propio porvenir iluminado por la paciencia

Los pliegues obtusos del tiempo
Los que se me juntan de noche entre pecho y aliento
Los que muerden y los que graban a sangre los miedos
De ángulos muertos, fríos y tensos, afilados como palabras
El miedo, siempre atento; se me niegan las sílabas de su esencia de alta mar, de negras profundidades, abandonadas al amor, a la deriva, la esperanza encontrada en la piel ajena

Los pliegues repetidos del tiempo, pienso,  se me afilan solas las palabras cuando se me cuelan entre los pliegues del tiempo los recuerdos que son como agua y dedos y todas las noches los doblo aceptando la paciencia del porvenir y la atención que me otorga el tener este miedo tan usado.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Tengo un trozo de noche que vive despierto, extendiendo la poesía en sábanas frías; el fantasma de una respiración que choca con mi nuca y rebota entre las paredes, quedándose luego suspendida en el aire para el recuerdo de la ausencia.
Tengo ese trozo bailando en mi almohada, no quiere dormir, le recito los versos al amor de un poema infinito que lleva en salmuera ya unos meses, fermentando el corazón para soltarle las fibras tensas que lo mantienen atado a un recuerdo de la ausencia suspendida en el aire, ya sabes. Me da de beber el mismo esperma olvidado en el vientre, como agua de mayo, y yo rompo la necesidad como cortando los huesos de un cordero y pensándola muy fuerte pero muy bajito para que el ego no se entere de esto y me haga coser a preguntas esa necesidad impuesta de hueso frágil, de un te quiero que no quiero; tengo que parar a pensar, clavar los puntos suspensivos en la memoria, y pagar la cuenta de los besos marchitos en los labios de primavera que hoy piden una flor en la piel.
No. Lo siento. No lo siento. La mañana no llega ligera después de desear tanto la luna, como los cazadores de besos que me miran de vuelta a casa, y me camelan en un sexo medicinal que no es ni sano, ni efectivo, desarrollado en los márgenes fríos, como sábanas solitarias, de una calle desconocida de la imaginación.

jueves, 15 de marzo de 2018

El amor no siente en futuro si sus cimientos son de aire

' Silencio '

Cuerpos de sangre y esperma que se arrastran por la memoria; su herida es negra y profunda; amor ornamental, acostumbrado a ser en singular.

Cuerpos yacentes que no respiran el mismo aire; uno es desencanto, el otro es la nada de su esencia marchita y olvidada.

Esos versos del olivo, esa miel sudada en una piel que me quema con su ausencia.
Pero no permito a la melancolía ejercer su destreza de emociones; los cuerpos, sean yacentes o de cualquier materia, no tienen sentido físico sin el alma que los puebla; si este corazón que escribe esto se vuelve de madera, o de hierro, o de sangre y recuerdo: fuego, óxido, esperma y olvido. La fortaleza es inexpugnable, y los cimientos de un futuro, aire.

martes, 6 de marzo de 2018

Aceituna negra de la vergüenza
avísame si un roce ajeno se manifiesta en tu ego; quedas en el plato como la vergüenza en soledad, esperando la sonrisa o la mano atrevida, la última del plato y la primera en sentir el cosquilleo de una mosca en la frente en forma de dedos como miradas que se centran en el deseo inmediato de esta emoción conservada en salmuera.

martes, 27 de febrero de 2018

Qué vienen a buscar, sin contar la sangre, los habitantes de la piel; a ti, vida, me vuelvo a dirigir. Dame el mensaje y yo lo descifraré; con sangre o con tinta lo haré. Clavado en mi piel con fauces de parásito, chupando de mi energía y de mi conciencia.

'sigue'

Será que entre las líneas de mis noches se oculta siempre el significado, estando alerta pero tras semanas sin escribirte; vida, a ti, que animas mi conciencia.

Sigo, busco, escribo; vivo, a ti, vida, te vivo despierto, te siento en mis sueños, como un gato humano que ronronea en el salón de mi padre donde una fábrica de juguetes sexuales comienza a surgir en el patio y un hombre que me seduce en comunión me cuenta, con tu mensaje, el significado que duerme entre las líneas

lunes, 26 de febrero de 2018

Alas rotas, ojos oscuros y senderos prohibidos.

Llevan los latidos el ruido escondido
El aire la pasión oculta
El beso la muerte que acecha.

Vuela fuerte y alto, metáfora de pelo castaño, que me vienes y me llevas
Pero rotas siento tus alas
Rotas de tanto viento, aleteo intenso, verde esperanza marchita en carne ardiendo
Aún asi vienes y te quedas
Y despacio el sentido te llevas
Lo sentido duro e imperativo, roca maciza atada al cuello frágil y en pleno beneficio de la duda, apuesta su cordura en contra del hogar
Las almas que, sinceras, llevan los latidos escondidos tras la carne
Pues impermeable es su nombre, su improvisación y su sonrisa esconden, de mutuo acuerdo, lo que mi imaginación busca
Y encuentra en latidos ocultos tras la ardiente carne

Los ojos como el fruto del olivo,
maduros de tanto ver,
pequeños y oscuros
intensos y jóvenes.

Las miradas furtivas mi morada
Y este poema
-sin quererlo-
vuela hacia ti teledirigido,
entre susurros y obscenidades que a solas asolan y en compañía atesoran.
Hacia ti vuela el sentido.
Y a pesar de los años, los más guarros, sucios, atrevidos, pervertidos, inscritos en la lista más negra del querer, rotos por el tiempo que pasaste sin ti, sin tu oscuro escondrijo, a pesar del pesar de los años más jóvenes y vividos, vuelan hacia ti las sonrisas que se escapan, sin permiso, de esta boca en flor en un día cualquiera donde risa y sonrisa se ríen de que sea broma el tiempo y el espacio, de que las almas atesoran el conocimiento y el amor de vidas ya vividas, dolores sanados, creatividad renacida.

Siento las huellas de tus caricias en mi espalda
como sienten las serpientes
a rastras
el camino a casa.
Allí donde manos rozan piel ajena siento caminos crecer y senderos prohibidos que llevan a mi cama
Sábanas en compañía.
Siento los besos ya fríos en los labios ahora secos del tiempo impío que corta quema y arrastra los cuerpos yacentes.
Los versos quietos a la espera de viento que los transporte siento, y poemas bajo tierra reflejándose en el valor de la semilla.
Siento la lluvia que aún no ha caído en mis rizos
agonía de un corazón curtido de latir.
Siento.
El roce de unas pestañas atadas a párpados inquietos que no dejan de volar,
que protegen y atesoran aquello que quiero
La mirada que sale del negro ver, que hace de mi alma abismos.
Que deja a oscuras este cuarto,
que funde y estalla bombillas, fuego apaga y calma inquieta.
Pues tus ojos están hechos de la más negra noche
Panteras en la oscuridad.
Ojos listos para cazar.
Y mi yo más valiente los observa de frente
mientras hundo mi cuerpo en el tuyo,
como quien sumerge las penas en alcohol para heridas.
Así es la noche juntos
Aunque fugaz y temeraria tu compañía fue,
las huellas de tus caricias siento aún en mi espalda.

jueves, 8 de febrero de 2018

Un corazón

Una comunidad de corazones reside en mi pecho

Una emoción por cada corazón y viceversa, universo, pluriverso, cada día uno nuevo, cada día uno menos, por las noches todos cantan en coro y su eco recorre cada rincón de este pequeño cuerpo que he elegido y su silencio dice que sienta, que si, que he venido a sentir, y a pulir lo que ya sentí, que el verbo sentir es mío y lo comparto con una humanidad que se deshumaniza y mata a sangre fría cada día un corazón cuando salgo a la calle donde los coches siguen sangrando petróleo
en esta ciudad cada vez me siento más fuerte y el compromiso con mi quehacer se enriquece
en esta ciudad atascada de gente me muero de soledad y revivo en una compañía que solo mi esencia individualista es capaz de nutrir

Para esa comunidad de corazones las emociones son simples renglones que cuentan en cada espacio una historia diferente
por cada latido un verso, distinto, en cada corazón vive una emoción, residen los miedos en la sangre oscura del corazón negro, un amor profundo como la noche habita la morada de mi corazón más antiguo, un amor maternal, fraternal, romántico, un amor amortiguador que siempre ha acolchado las caídas a desnivel que sufre mi alma cuando el negro corazón se ríe y hace fluir su oscuro saber por todas las venas y arterias de este cuerpo que ocupo

lunes, 5 de febrero de 2018

Escarbar entre las letras. Su escarcha sobre tierra mojada. Las lluvias seguidas, sí, se repiten como en rutina; dos días, dos dudas, sí, nocturnas. El color del cielo, naranja y negro, violeta también, sí, contaminado de luz eléctrica; así, por la noche en lluvia y por las noches en camino, recordando viejos versos, con el sueño colgando de los ojos y los sueños en las ojeras, noto el leve crujido del cristal de escarcha que separa el tiempo y el recuerdo.

martes, 30 de enero de 2018

Una emoción se idealiza y de una voz se hacen expectativas

El cielo toma unos tonos que no entiendo
El gris putrefacto de una carne infectada
El azul podrido de un charco muerto
Me cubro de mantas e ilusiones en esta cama

Me parto la cara, las ganas, las manos firmes
de una emoción que se idealiza, me parto la presencia, la estancia, la paciencia
una emoción que se idealiza en un cielo que no existe, ahora bajan unos humos a decirme donde estoy, a explotar la expectativa de voz y libertad que una emoción que se idealiza me ayudó a crear

Si tengo un corazón que late solo por una emoción, me lo arrancaré despacito por las noches sin que me vean los colores falsos, para no tener que mutar todas las mañanas de órgano, si un corazón muy bajito y delgado se hace de rogar pidiéndome una emoción que se idealiza, le arrancaré la voz de la garganta para escucharla de cerca y así saber porqué he de tropezar siempre con la misma piedra
Si de esa voz hago expectativas, y me explotan en la cara, tendré yo que limpiar de mis paredes los restos de su sangre y un torso ahora distante no será el cobijo para unas emociones que laten solas y estas palabras huelen a refugio interior de nuevo para el ruido que ahora entra por la ventana

Si idealizo una emoción y de una voz hago expectativas....

Si lo hago tengo que aprender
Hacer un ensayo interno de tantas experiencias juntas. Por una fuerza de atracciones magnéticas vienen en procesión los sucesos, administrados en cuentagotas o cataratas para un aprendizaje que tiene que cocinarse por dentro. Si lo hago, tengo que aprender de ello. Y no es prosa ni verso, se me van cambiando los dedos de posición y no hay pausas ni tiempos sino presencia, estancia, paciencia, y no me la parto contra nada

lunes, 29 de enero de 2018

Un camino largo

El día libre de humo y el viento en las orejas
Siento la rima atada en cadenas a la espalda, que relucen y brillan en plata como la sangre azul del pescado . . . su aleta dorsal que corta como la ausencia . . . los mismos versos recitándose en mi cabeza.

Siento la rima desfogada y desnuda
y me es imposible, sincera; dame tierra limpia
he de parar o me parto la boca contra la acera

Dicen,
recuerdo,
¿qué susurran sus labios de cera?

¿Pero quién? ¿Qué dices, chiquillo?
El corazón que siente o el que miente
el que encandila atardeceres y los apaga de un soplido
que le da fuego a una risa y la viste de lluvia cuando huye

Mi coraza es de hierro y el mismo corazón que siente lo sabe y alza altas sus torres y extiende gruesos sus muros siempre con el miedo besando su portón

El que miente, se miente. Sus palabras son tortura. Autoflagelación. Una cruz en la espalda. Como llevar la razón. No, para ti el ego.

Ando el camino más largo
mis pies caminan descalzos por alergia a la falta de contacto
dame tierra limpia,
porque llevo la paciencia de las tortugas y del que las espera grabada en la frente
sé que miente, y que siente
sé que me lleva a donde él quiere
y yo me dejo mecer y sucumbo a un aire que huele a desencanto
o es mi olfato de gato que falla cuando miente y cuando siente que lo que llega tarda menos cuando ando el camino más largo

Y sí, la vuelta se baña en mi sudor
el de la frente grabada y la espalda cargada
resbala, resbalo, rodamos montaña abajo cuando ese cuerpo es el monte de mi calvario y llevar la razón es una cruz
una religión más allá de las letras que pinto en el pecho
las tintadas con mi esencia
mi esperma, tu piel, mi lengua
mis caricias que son de fría piedra
como el corazón y su fortaleza.

Y sí, la vuelta se cuece en sudor, maldito el mijoter de la piel, constante, ardiente, dame tierra limpia de escombros y cimientos, por favor, tiempo muerto. El camino largo se extiende, dejo atrás la fortaleza y, descalzo, entiendo los kilómetros como poros y ya no me asusta sentir los latidos de mil novecientos noventa y tres corazones como si fueran una fecha que abriese las puertas de la vida y todo lo que ella implica, con sus miedos y sus deseos, que son lo mismo en mis sueños.

domingo, 28 de enero de 2018

Hay una realidad que vive detrás de la pantalla de mi televisor. Unas voces que asocio con orden, democracia, bienestar, unos rostros que me sonríen buscando llegar tras las ondas y los cables hasta mí y hacerme sentir seguro, estable, estamos en un estado civilizado, mira este niño muerto en el lago, mira esta mujer apuñalada, esta tierra desolada por las catástrofes, ahora mira que bien estamos. Bienestar y seguridad. Cómpralas. Soborna al ego desde dentro con un coche nuevo. Dame más. Dámelo todo, con tu presencia virtual diciéndome 'pais libre' y mañana a trabajar. Crisis, no, guerra sí, ahora una bomba aquí, dentro del cuerpo, tengo unas ideas que no entiendo y quizá me clave una bandera a la espalda o mi cuerpo a una cruz, la libertad oculta entre cadenas invisibles y calles cortadas. Dame seguridad con tu rifle aferrado al pecho. Dame confort contando el dinero. Ilusiones, un cuarto piso, qué buscamos juntándonos en una ciudad y alejándonos cada vez más los unos de los otros cuando sólo una pared o un silencio nos separa.

Si me saco las palabras con cuchara, porque estos sentimientos no entiendo, me invento un cuento por las noches para ver entonces si así el sueño que no se consigue con dinero vuelve a esta cama partida y me deja las palabras bien ordenadas junto a la almohada para que yo pueda ponerlas a bailar

miércoles, 3 de enero de 2018

De nuevo el formato en blanco se me antoja tenebroso: la cavidad bucal de una verdad que no puede hablar, la gruta de las maravillas perdidas en el gota a gota de la memoria.
De nuevo un formato extraño se me aparece en la carne: el dolor de una piel enfebrecida, recalentada por la fiebre, que viene a darme el calor necesario para los fríos y duros choques de la nostalgia en invierno. Volver cuando hay que marchar de nuevo.
De nuevo. Un formato que conozco. Se me antoja mentiroso. Me engaña y juega con la fiebre y con los signos ortográficos. Se rebela en sábanas sudadas, almohadas mojadas. El chatarrero, ha llegado el chatarrero, se recogen todo tipo de sentimientos. Los delirios febriles que azotan la calma de esta cama a punto de ser desconocida se alinean uno a uno en fila, esperando su turno en el paredón y su tiro de gracia, pidiendo que se haga del olvido un hecho palpable, y no algo deshecho e inalcanzable.

Transeúntes...