Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

lunes, 9 de agosto de 2010

Pajomosky

Vamos a sonreír un rato…
¿Hay alguien aquí?
Solo respira si puedes oírme...
eso es, asomado a la televisión apagada, viendo tu rostro con esas lágrimas de pega asomadas a tus ojos.
Yo, amigo mío, yo te ayudaré a despegar tu estúpida cara de tu rostro-no-real, ese en el que tus labios se mueven, pero no puedes articular palabra.
No puedes explicar, no puedes decir quién soy,
no puedes ni respirar... confortablemente muerto. Yo, amigo mío, vine aquí, a tu lado, para quedarme. Vine aquí, para ayudarnos a levantarte. Porque difícilmente me alzaré yo si tu lloras, fácilmente lloraré yo si tu no te levantas conmigo.
Gracias…

Por permitirme conocerte, por llamarme amigo, por escuchar mi respuesta, por iluminar mis días grises, por discutir conmigo por tonterías, por abrazarme cuando mi corazón lloraba, por tenderme la mano cuando perdía el equilibrio, por sonreír a mi lado y no separarte de mí incluso a kilómetros de distancia, por divertir mis aburrimientos, por aburrir mis amarguras, por infinitas cosas complicadas de escribir. En fin, por ser Matías, y no ser un cualquiera.


4 comentarios:

  1. Te he llamado amigo, porque es la palabra que mereces. Deseo que no nos separemos, que nuestros caminos sigan siempre en paralelo. Que la angustia calle ante ti y la diversión contigo no acabe. Abrazos con sentimientos y palabras articuladas que demuestran lo mucho que te necesito.

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  2. Lo que yo te necesito ha quedado claro ya, pero que sepas que me he quedado corto... :)

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  3. Muchas gracias, me hago seguidor del tuyo:D

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Transeúntes...