No queda verso, mi respuesta es silencio
Puntos finales y no suspensivos
No suspenden ni acomodan
Sólo dejan nanas de sangre y leche tibia, una coagula y otra se enfría
Padre sin padre que rechazas mis adentros, no me quedan versos para ti, sólo esto
Un te quiero roto como mi yo mas pequeño
mil palizas y un beso luego
No me quedan huecos en la piel para tus golpes ni tampoco alma que puedas destrozar
Son veintitrés años ya y aún siento tu puño de hierro
Mi sangre cayendo y una hermana que llora
un nombre muerto y mi cuerpo en medio
mis dientes temblando y el recuerdo mojado
tu frío aliento, materia, regalos que llueves tras la pelea y que pretendes que curen pero solo agotan paciencia hasta que su propia esencia se hace eterna y ahora fluye infinita
misericordia para mis heridas, paciencia, quema las lágrimas y las larvas que infectan.
¡Soy hombre de hombres! No niño ni principito, ni principio, no más cuadros colgados en paredes azules ni más flores ni tampoco fruta a destiempo en mañanas llenas de silencio que sólo la radio y tu quejío quiebran
Me debes mil poemas y me los cobro cada día
Me debes heridas, sangre hervida, leche fría
Me debes una infancia y no un futuro
Te quedaste lo crudo lo duro lo adjunto a este alma
Te quedaste mi querer y devolviste nada
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