Qué fue del viento que hace de vientre
¿Me pregunto?
Parió tempestad
Acunó una calma inalcanzable en días de borrasca
Soles marchitos
Amores malditos
Ronroneo de un corazón felino, te escucho entre suspiros, gemidos, ronroneo que apaciguas, ronroneo que calienta
Verde edredón verde oliva, negra cara, blanca mirada, sucia el alma
Las uñas me clava
Y no es mi gato el que araña
Lo más guarro en verso.
A más plateado, más semen, más esencia
Orgasmo
suenan campanas se inunda la piel barniza el silencio en un viscoso saber.
La prosa que ilusioria se acerca en rebelión contra las pausas es la misma que por esta cama se pasea desnuda de madrugada, susurrando lentamente, en verso, las metáforas más pausadas, sentidas, la prosa que de noche se viste de verso es la misma todas las madrugadas, me inunda de recuerdo de silla y papel y lápiz y sangre en las manos
Y en el corazón, sangre azul de tinta que quiere escribir, escribir . . .
Escribir
en verso la prosa
y saciar a la bestia que las ganas acecha
que ronronea, me pide poemas,
-la coma en su sitio al igual que la piel-
me reclama ama gana en batalla
Me calla
Y de silencio se barniza el sexo
entre prosa y verso
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