Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tú eres el octavo pecado capital.

¡Ha llegado la noche, pequeña polilla!, ¿no estás nerviosa?. Es tan especial... ¡LUCES! ¿¡Dónde se encuentra el técnico de sonido?! ¡Estos latidos van a estallar en cuanto se acerque la actriz principal! Vamos, vamos, no tengo toda la noche (para vosotros, queridos drugos, tengo cita a las doce y cuarto y ella me espera en la ducha). No me esperéis para cerrar, ¡ya caerá la luna por dónde quiera!
Caerán esta noche todos los telones junto a la luna y dejaremos ver la obra en todo su esplendor. Acumulaciones -de respiraciones flotando en el vaho de la ducha-.
Esas respiraciones -agitadas- que van y vienen, esos besos que viajan de boca a boca, de tu lengua a la mía, de mis manos a tu piel. Nunca el amor fue tan deslizante.
Marchaos, malditos tiburones... ¡no sangraré esta noche para vosotros!
Sin tabúes ni mierdas de esas, callarán todas las bocas que pronunciaron el Réquiem (incluida la mía) y dejarán paso a la bocanada de aire fresco que me llega de tus pulmones.
Bajo el agua de la ducha se romperá la vestimenta. Amor; desnudos no hay donde esconderlo.

Por más que el reloj se empeñó en romper el guión, sobrevivimos al cosquilleo y ahora mismo estás tumbada a mi lado en mi cama. El calor nos dejó ardiendo. Necesitarás algo mas que tu piel para andar sobre estas brasas...
Piel a piel se fueron los vendavales y llegaron los huracanes de pasión, los gritos de guerra en forma de arañazos en mi espalda.
Tú defiendes lo que yo protejo, así va el juego, yo protejo lo que tu guardas ahí dentro. Yo cuido y tú me apoyas, yo te quiero y juntos nos fundimos.

.. y ahora he mandado a la mierda la Biblia y los Diez Mandamientos.

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Transeúntes...