Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Junto al piano de medianoche tarareamos la sinfonía de la lluvia...

Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes:
Ha llegado la lluvia, y con ellas las ganas de un corazón metafóricamente cerca del mío.
Con este apogeo del amor llegan los quebraderos de cabeza, los torniquetes al dolor, los aullidos del viento de cambio. Llegan mis olas intentando colarse a contracorriente en tu río, llega tu corriente consiguiendo colarse en mis olas.
Caen las primeras hojas, y con ellas, caen los sentimientos. Se ponen a mano de cualquier atrevido que pase por ahí buscando una libertad. Buscando una cadena mayor que la mía, que este pensamiento loco.
Este pensamiento que se aferra a mis muñecas, que me acarrea gritos de esperanza y esperanzas silenciadas. Que me trae maestría a la hora de sentarme frente a esta historia en blanco, que me apoya a la hora de comenzar un dibujo escrito y eterno, sin principio sin final, únicamente la improvisación que quieras ir inventando.

¿Dónde quedo el valor para darse la vuelta y llorar mientras uno se va?
¿Dónde quedo el miedo a llegar allí dónde comenzamos a crecer?
En un segundo, mientras los diablos huyen de Dios, cruza mi corazón atravesando la lluvia como un haz de luz, un alma en busca de techo.
Y sonrío.
Y me río.
¿Dónde quedó mi pasión? Te fui a buscar, te besé.
Ella, ahora no tiene más ropa que la piel. Él, no tiene más piel que la de ella.
Empezamos, con nuestros colores más odiados, y con nuestras manos más amadas, a pintar esta historia que mañana podría terminar, que mañana podría empezar, que ahora simplemente es besada.
NACE EL SOL... caen las primeras gotas atrapadas por esos corazones sin dueño, que reclaman unas pocas miradas. Consumidos por el desaparecido titiritero que manejaba estos ojos.
MUERE LA NOCHE... mentimos y juramos por estos cuerpos que desean pillar por los cojones a ese maldito controlador de miradas, para enseñarle lo que vale un buen amor...
Veremos, pues, sentiremos, mas bien, el placer a flor de piel.
Besaremos, tal vez, amaremos, quizás, saborearemos el néctar que nos brinda en bandeja de plata el Sr. HOY, con dulce introducción a la perfección.

¿Aprendimos ya a vivir en el extrarradio del miedo?
Creció Mickey Mouse demasiado ya...

Dedicado a ti, a mi mis miedos y al renacer de esta mirada.

5 comentarios:

Transeúntes...