Pruébame, dijo el veneno...

Si me paro en medio de la carretera, siento nostalgia de mi destino.
Si continuo... no se que pasará si continuo.
Realmente, tampoco sé si debería cambiarme a tus curvas, si mis neumaticos durarán por una autopista desconocida para mi corazón.
Eso... eso me da miedo.

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O mejor... ven. Acércate. Abrázame. Hazme recordar lo que se siente al besar, al amar.
Déjame entrar, una tarde de verano. Quítame el olor a cama vacía.
Como un kamikaze en acto suicida, equivocado o no, que más dá...
Ese destino, donde la cama no sea individual, donde el puto viento se meta en su culo, donde tú... sin mas porqués. Tú, tú... tú.
Me gustaria que pasase, en lo más profundo del mar juro que me encantaría, pero cuando sopla el viento... me vienen esos tiburones a joderme el chiringuito.
Puede que vaya a más. Lo emocionante, al fin y al cabo, es lo desconocido, lo arriesgado.


















....atrévete, dijo el cobarde.

"Suéñame en la noche mas fría, bésame como si mañana nos fueramos a decir adiós.
Tócame, pues soy de carne y hueso".
Es verdad que tiemblo ante la idea de realizar lo que acabo de escribir, pero frente a eso estás tú, en un mix de ideas que se mezclan con el morbo de la situación, con el toque "amor". Ese morbo que me atrae en forma de risa, como si nada importase.
Como un cubito de hielo que se derrite en tus labios, me caigo al pensar en adentrarme en otros labios distintos a los antiguos.
Pero me gusta la idea.
Me gustas tú.