Pequeños textos de profundos paisajes.
Pequeños textos de oscuro palpar.
Pequeños textos de eterno mirar.
Pequeños textos sin miedo al miedo.
Pequeños textos con la furia de tus besos.
Pequeños textos de un lamento sedado, de un corazón herrado, de un cuerpo asalvajado, de una mente enloquecida.
Pequeños textos sin final, el expulsar, y a la vez, el recibir.
Pequeños textos de grandes noches.
Pequeños textos de amaneceres donde albergar la conciencia.
Pequeños textos sin parar de soñar.
Grandes sentimientos que poder plasmar.
Las ideas conocer, las ideas penetrar.
La mente retorcida saber desenredar.
La calma interrumpida poder continuar.
Es necesario correr para volar.
Esta es mi pista de atletismo favorita, la que atraviesa los senderos de mi alma y me lleva a la verdad.
La mente se abre.
Es volar.
Despegar, viajar.
La lluvia cae, deja a su paso un rastro de emociones y horror vacuim. Se llena y se abre no quiere parar de soñar. Es cómodo e incluso eléctrico.
Hacer el amor con la lluvia que empapa cada parte de mi corazón y lo llena.
Pues aquí dentro se encontrar felicidad.
Y ahora me vuelvo a preguntar, y vuelvo a encontrar respuesta.
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