Me confirmabas que no nos desmoronamos frente a un espejo roto. Me coges de las manos, me coges del alma, comienza un día hecho para que acabes en mis sueños. Ojo por ojo y mi mundo acaba en tu pecho.
Así te quería, asi me quiero, y así lucho cada anochecer.
Ironías de la vida, el óleo hecho al agua era menos resistente a tus miradas y a tu sonrisa que toda mi cordura ante mi piel en blanco.
Y yo que me consideraba experto en diluir carne en espíritu...
Son tus dedos por mi lienzo que van pintando placer y sentimientos por donde la imaginación es pura e impía. Así te quiero, asi me quería, y así lucho por mantener mi animal enjaulado cada amanecer.
bonita entrada paVlo
ResponderEliminarme alegra que te guste caLLe
ResponderEliminarMe encanta todo, como siempre.
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