...El alma ensangrentada. La espalda rajada...
(La paciencia que buscaba la encontré aquella noche)
Estaba nervioso. Ella se enredaba el pelo con sus dedos, no ponía fácil la situación. Lo que ni se imaginaba es que entre mi cuerpo y el suyo se besaban nuestras almas. Ni me imaginaba la calma de una manera tan salvaje.
Se me olvidó.
Había extraños en aquel lugar.
Sobraban las palabras. Faltaban las sonrisas.
Terminó de llover y se puso a llorar.
Había extraños entre esos cuerpos.
¿Qué queda?
...Las miradas desgastadas. Las caricias apagadas."
Todo su mundo se esfumaba en un suspiro. Un leve suspiro atemorizante que despedía cada puerta hacía paisajes melancólicos.
(La melancolía)
Allí componía canciones con órganos e improvisaba zancadas con la tristeza. Andaba a trompicones borracho y solo, volaba por aires que me sonríen.
La mente sonríe.
El corazón empieza a llorar.
Comienza la mañana, buenos días al sol, que me aguanta fríamente.
Contento por este amanecer, ya veremos por tu noche.
Este mundo pende de un hilo.
Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.
miércoles, 26 de octubre de 2011
jueves, 6 de octubre de 2011
Me encanta soñar contigo.
Me confirmabas que no nos desmoronamos frente a un espejo roto. Me coges de las manos, me coges del alma, comienza un día hecho para que acabes en mis sueños. Ojo por ojo y mi mundo acaba en tu pecho.
Así te quería, asi me quiero, y así lucho cada anochecer.
Ironías de la vida, el óleo hecho al agua era menos resistente a tus miradas y a tu sonrisa que toda mi cordura ante mi piel en blanco.
Y yo que me consideraba experto en diluir carne en espíritu...
Son tus dedos por mi lienzo que van pintando placer y sentimientos por donde la imaginación es pura e impía. Así te quiero, asi me quería, y así lucho por mantener mi animal enjaulado cada amanecer.
Así te quería, asi me quiero, y así lucho cada anochecer.
Ironías de la vida, el óleo hecho al agua era menos resistente a tus miradas y a tu sonrisa que toda mi cordura ante mi piel en blanco.
Y yo que me consideraba experto en diluir carne en espíritu...
Son tus dedos por mi lienzo que van pintando placer y sentimientos por donde la imaginación es pura e impía. Así te quiero, asi me quería, y así lucho por mantener mi animal enjaulado cada amanecer.
lunes, 3 de octubre de 2011
Quizá por eso la llamaban Lady Stardust.
Estaba llorando, por simple placer.
No había firmamento donde brillar y no había ojos que cerrar. Por sus venas corría veneno.
No era la mejor situación para pararse a pensar en continuar o asentar el corazón en cualquier esquina. No, no lo era, por ello quizá querían apagar su luz.
A ella no le importaba, su parte masculina sabía bien como volver a nacer de su fuego y ella sabía muy bien como morir en él.
Era el ciclo de la vida, como el motor de ese Mercedes Benz del '92, desgastado a kilómetros. Así crecía su espíritu, a base de caminar. Era la situación perfecta para poner tildes a sus fallos. Era el momento perfecto de continuar la busqueda.
Ni sabía que buscaba, ni sabía que encontraría en su carretera. No era el momento adecuado para dudar de ello, la lluvia azotaba sus mejillas con dureza y pensaba, ¿qué quieres de mi?
El viento comienza a soplar con fuerza, suenan sus rugidos en cada rincón de su mente.
"¿Qué quiero de ti? Te quiero a ti".
"Con todas sus ganas", rememoraba el eco. El diálogo fue brevemente intenso, enloquecía.
-Entretengo-. La mente paseaba por senderos prohibidos. Era el momento del corazón abierto, rugía cual león de la selva. Era doblemente león, por activa y por pasiva, el ego no le cabía en el pecho.
Menos aún en la mente.
Quizá por ello era Polvo de Estrellas, porque no había paz suficiente para recuperar el brillo de esos ojos.
La guerra había sucumbido a la paz. Por fín respiraban aire esos lindos pulmones.
Y así fue como, volando en la mente, sucumbió ante tal belleza, que eran esos ojos marrones.
"Se habían juntado el hambre y las ganas de comer".
Y yo era el bocado perfecto para esta situación.
No había firmamento donde brillar y no había ojos que cerrar. Por sus venas corría veneno.
No era la mejor situación para pararse a pensar en continuar o asentar el corazón en cualquier esquina. No, no lo era, por ello quizá querían apagar su luz.
A ella no le importaba, su parte masculina sabía bien como volver a nacer de su fuego y ella sabía muy bien como morir en él.
Era el ciclo de la vida, como el motor de ese Mercedes Benz del '92, desgastado a kilómetros. Así crecía su espíritu, a base de caminar. Era la situación perfecta para poner tildes a sus fallos. Era el momento perfecto de continuar la busqueda.
Ni sabía que buscaba, ni sabía que encontraría en su carretera. No era el momento adecuado para dudar de ello, la lluvia azotaba sus mejillas con dureza y pensaba, ¿qué quieres de mi?
El viento comienza a soplar con fuerza, suenan sus rugidos en cada rincón de su mente.
"¿Qué quiero de ti? Te quiero a ti".
"Con todas sus ganas", rememoraba el eco. El diálogo fue brevemente intenso, enloquecía.
-Entretengo-. La mente paseaba por senderos prohibidos. Era el momento del corazón abierto, rugía cual león de la selva. Era doblemente león, por activa y por pasiva, el ego no le cabía en el pecho.
Menos aún en la mente.
Quizá por ello era Polvo de Estrellas, porque no había paz suficiente para recuperar el brillo de esos ojos.
La guerra había sucumbido a la paz. Por fín respiraban aire esos lindos pulmones.
Y así fue como, volando en la mente, sucumbió ante tal belleza, que eran esos ojos marrones.
"Se habían juntado el hambre y las ganas de comer".
Y yo era el bocado perfecto para esta situación.
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