Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.
lunes, 28 de octubre de 2019
La mano que rompió el hielo; a lo hecho en tu pecho
La aceptación del dolor como parte de la sanación, sin paliativos;
hay una poesía volando en este patio de luces:
se queja en voz de anciano olvidado
Las plantas lo sienten; el recuerdo sigue líquido
Tengo un alma de doble filo: cantarina, carabina
El ego espeso, denso, untado en manteca rancia
Se desliza bocabajo por el patio, gimiendo y comiendo terreno
Desciende, me mira, coge y me dice, 'monstruo', y se ríe
Mi dolor senil, cortante e hiriente como un verso
Una anciana y vecina voz se cuela patio abajo:
'llama a urgencias'
'No', dice mi amor; 'acéptalo, sánalo; lucha contigo'
La paciencia es letal.
Tengo este verso herido; en su punto y su coma inmenso, ahora llegan tus besos y tus brazos alados de espontaneidad culminada, vuelo aterrizado en la piel ajena, compartida y serena
¿Se parece esto a un poema infinito?
martes, 25 de junio de 2019
De vigilia interna bajo el acebuche
Con sus sombras y su mecerse al viento
Tranquilo, sereno
Las gramíneas, el cuerpo
Alterno el monte por tu cuerpo
De vigilia, vigía, mira en lo hondo del pecho, rebusca, escarba;
¿qué esperabas, si ya no sé qué decir?
miércoles, 22 de mayo de 2019
jueves, 14 de marzo de 2019
Un impulso me devuelve a las líneas ;
Por la noche siempre, despacio y tarde, me vuelvo a decir; espera, no sé si en primera persona, o en tercera; me se vuelve a decir: ¡despiértate y vive!
Por el sol naciente, su verbo volver siempre traspuesto. De lado. Sediento.
Marginando los versos a otro párrafo. Desterrándolos del continuo espacio del presente. Se me olvida volver.
Con el corazón palpitante, rápido y volviendo, pero se olvida la palabra escrita, con los meses y el sinsentido del verbo transitivo y divino. Aleatorio.
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