Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

domingo, 31 de marzo de 2013

Mi cueva submarina.

Me sumerjo.
En la noche me sumerjo
Buscando esa esencia que deshaga mi cabeza
Que convierta la tristeza.
Que rehaga a mi cabeza en forma de aletas
Aletas de esencia que me lleven buceando hasta el sol.
Por aguas sin luz, pero radiantes por dentro.

Me ahogo entre versos, sin cabida este tiempo, en montones de cemento donde lo que antes hubo fueron besos, besos muy perros, ladrando como sabuesos ansiosos por carne.
Se derriten los cimientos.
Se acaban los lamentos, porque no existe más momento.
Una mente.
Dos latidos, uno por la suerte, otro por el viento.
Que me lleve si acierto, hasta el lugar donde me siento.
Y respiro.
Me dijo, cógeme la mano, amigo, vente conmigo.

Mi cueva submarina.
Llena de salidas, pero ninguna lleva a donde todas traen.
Como los recuerdos cuando traen; el tiempo se cae.
Y mientras levanto muros de sólida esperanza
Para corazones llenos de latidos y ladridos
Un verso se me desliza por la boca, esperanzado por la luz, y me llegan las palabras a la velocidad del pensamiento, palabras rebosantes de significados, anónimas, por venas invisibles fluyendo y conectando las mentes de todo ser
Y tengo que frenar porque el camino de esta mi noche lleva lejos, y voy cabalgando en sueño, y sin tiempo que perder pues todo tiempo ya quedo atrás, me calmo, respiro y pongo el ultimo ladrillo.

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