Cada frase alberga una historia distinta. Las letras dejan huellas que las palabras siguen para que tú puedas vivir en su historia. Disfruta cada paso.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Lo que inspiran aquellos ojos.

Sin corazón.
No estaba inspirado, tus manos se alejan de mi corazón y en sueños te odio a rabiar. En sueños te vuelvo a amar y en sueños te vuelvo a dejar.
En sueños.
En sueños te sueño y aquí no pasa nada. No eres especial. No sufres de volver, de dejar las ganas en la mierda que te creó y volver. Volver a besar tu piel, como si fuera aire lo que te crea esa sensación.
Me declaro enemigo de tus curvas.
Por aquel entonces soñabas con estar en mis sueños y yo te ofrecía dormir con ellos.
Ella, pausaba la respiración de su parte masculina y se dedicaba a escuchar. Escuchaba los latidos de su corazón, escuchaba la sangre fluir por sus venas y si apretaba su vida en un intento de escucharla llegaba al extasis del ego. Era él, era ella, eramos nosotros convertidos en Dios.

No volvería a mirar aquellos ojos tristes.
Por ti, muñeca. Por mi.

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