Si me estanco en una palabra que es muda y que baila en la lengua
que vibra y muerde la voz para dejarla con ella deslizante entre saliva y dientes
Allí si me estanco que haría el saber, tras conocer que su poder no es verbal sino que nace de un silencio fúnebre
como el que reina entre estas paredes, en mayúsculas cuando debe ser fuerte y sincero pero ahora es blando y ronronea
Será que no hay versos suficientes para expresarlo
ni se conoce alfabeto
pero el sentirlo es como sentir la gravedad aplastando el aire
y se me ahogan los pulmones en charcos de sangre;
quiero y puedo querer poder
es más sincero el anhelo cuando se tiene sed y la boca sucia abierta y llena de moscas
Pero los días siguen siendo días y pasan sin quejarse, rozando las heridas que deja su nombre y su tiempo
La boca arranca el cielo
El vuelo se corrige y la palabra cambia
el viento, idioma plagado de lamentos
eternos santos ya muertos
esperando una boca que vuela y que lama sus frías orejas
que llame tres veces a su puerta
y despierte lo que durmiendo espera
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