Llego del trabajo a la noche, la cama pide compañía
Y yo me pregunto, ¿que compañía me acompaña en las frías noches cuando llego del trabajo, más que la de mis poemas y mi propia vera?
Pero el sueño pesa más que el plomo
y con sus dedos traza cosquillas en mis párpados
que cansados del día se rinden poco a poco
pero no sin antes devolver los huesos rotos, no sin antes escribir en tinta de viento los besos más cortos
-los no dados ni recibidos-
lo que recitas en sueños con tus labios de cera
que queman y quemas las pestañas las cejas
las margaritas, los pensamientos, los tulipanes que robo en los jardines secretos de los sueños, quemas la ausencia de un te quiero cosido a preguntas que me hago al terminar el trabajo y de camino a la cama
donde les doy forma con palabras, metáforas y escamas mudadas
igual que los reptiles
como se muda mi alma cada mañana
desde el más oscuro escondrijo hasta esta piel que habito.
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