Poesia virgen, sin nadie que la rece, sin nadie que la ame, ni si quiera la propia noche que la mece, pero ella merece mas noches desnuda que la luna.
Flores perdidas en campos como mapas, donde encontrar.
¿Donde encontrarlas?
Perdidas en numeros, en mensajes sin receptor.
Solas y brillantes como diamantes, como lluvia en abril. Esperando una mano agil, sentida, feliz por vivir.
Hambre cosechada como un mal, hambre de ti.
Mis ojos buscandote tras cada esquina.
Mis manos desvirgando la poesia.
Mis manos acariciando esas flores escondidas, escondidas por miedo quizá al frío que las congela, quizá a las arañas que perturban su belleza entrelazando de vacío y destrucción.
Mis manos desvirgando al papel, mis manos como tu piel, estando y dejando de estar.
Mis manos desnudas al frio
Mi manos fluyendo como un rio
Corazón lleno de ríos, de voz para el mudo
Hacen de oídos para escuchar el singular frío nocturno río venir.
Cargado de sentir.
Maldito fluir, bendito fluir.
A veces hielo a veces fuego.
A veces fuego a veces hielo.
A veces te beso, a veces te muerdo.
Poesia desvirgada, rezada bajo la luna, vestida de plata, poesia acorazada con piel color esmeralda.
Poesia acelerada, poesia pausada, flores marchitadas, flores de color belleza.
Blanco de negro disfrazado: "no me mires mas como antes".
Mi corazón en puntos suspensivos.... como el cuero curtido de tanto seguir
Hilos muy finos, hilos que ya han resistido muchos elefantes balanceándose.
Pero ellos no.
Solo uno muy pequeño.
Solo uno nacido entre manzanos.
Solo uno, hecho poesia, solo uno, hecho tinta.
Solo somos dos viajeros fatigados, nuestra balsa de hielo se tambalea entre el fuego.
Dime, poesia, que sentiste cuando te quisiste.
Dimelo al oido, dimelo con letras, afiladas como cuchillos, dimelo poesia, dimelo.
Te rozo el viento el corazon?
O era viento lo que salia de cada latido.
Noches en vela, navegando, surcando los trazos de vida.
Noches en vela, desnuda la poesía, noches en vela, buscando la salida.
Noches a toda vela, noches en las que cuando no se escribir, escribo.
Noches a toda vela por el viento impulsada, susurros gimiendo versos finos y de acero.
Noches en las que ser sábana o ser piel es cuestión de tener, como as en la manga, una almohada o una montaña.
¿Y desnudo no hay nada?
Hay letras y baladas.
Ahora aquí tumbado contando estrellas replico al sol la noche robada, ahora aquí tumbado en un prado perdido en los mapas, como flor hallado, como en la adversidad he crecido, entre montañas de cómodas plumas y almohadas de roca desnuda, como he palpado el fuego, como entre hielo he vivido, poesia a toda vela, déjame ésta noche hacerlo contigo.