Violar volando, las alas del sexo. El aire por mi cuerpo, las garras de tu aliento, en mi pelo, los dedos del tiempo que tenemos para hacernos nuestros.
Violar al viento, volándolo, sintiéndolo, haciéndoselo, gimiendo, rugiendo, maldiciendo las horas que pasé sin su movimiento. Y ahora me he parado a fumarme un cigarrillo y a pensar en los hilos que muevo mientras pienso y leo en mis versos lo que nunca pude decir, a lo incierto, lo cierto lo encontré junto a lo incierto. Y ahora que he parado a fumarme un cigarrillo mirando al cielo tendría que invocar a los infiernos de tu cuerpo, para acompasar la melodía de esta escalada al cielo, donde puedo encontrar esa incertidumbre que me da lo cierto.
Lo cierto es que me da y me quita, me roba y me viola, las fuerzas que me quedan me da lo cierto es que no se si lo que me da me resulta más familiar que lo que me roba de un calentón.
Abriendo ventanas del alma de un calentón.
Es su oficio.
Es mi maleficio.
Mira y verás:
¿Donde encontrar la verdad?
Escribo sin parar canciones preciosas que no se cantar.
¿Dónde encontrar la verdad?
En qué esquina se prostituirá.
¿Cuanto valdrá su comodidad?
Me preguntan estos versos al compás.
¿De un bosque lleno de flores?
Sí, me convierto en un pirata del deseo y me arranco a cantar.
¿A qué juegas?
A esto, uhm, como decirlo, a volar por los cuatro vientos.
Pirata del deseo, vente que tengo aquí ron del bueno.
Voy pallá, espérame junto a lo incierto.
¡Aquí desnuda te espero!
¿Pero cuanto cobra la verdad?
Solo el tiempo que pasa lento.
Pues a modo tortuga me desplazo, voy palpitando, pues el corazón tengo en la mano.
Anda, ¿y esto?
Vuela, ¿y aquello?
Me quedo quieto, ¿dónde estás? ¡No te veo!
¡Te has movío, mala ruina!
Yo se que me sigues en la sombra.
Pues bien, aquí está mi luz.
¡Ahora te veo!
¡Alto ahí, bandido!
¡ Devuélveme lo prohibido!
No sin ser querido vuelve un crujido.
¡A toma por culo!
No me calientes que me hundo.
Este barco está en la sombra, la luz de los ojos de la luna no llega a mi penumbra.
Me hundo en la miseria.
En el mar de flaqueza.
Pero ahora no soy un barco, soy un barco con alas, ¡y venga ya pa tu casa que estas aguas son de mis vicios!
¡Son los vicios que yo quiero!
¿Las exclamaciones que yo pregunto? ¿Sí, eso? ¿Vuelve aquí, cabrón, déjame gritar como yo quiero?
¡A vuelto el sentido de los vicios prohibidos!
Tocar los senos de la luna cuando puedo y quiero las noches que me da la lujuria.
A gritar a los cuatro vientos que la locura es mi tormento, ¡pero qué bonito espectáculo de rayos y truenos!
Mis letras más desordenadas, mis manos más desgastadas, las acuarelas ahogadas en las lágrimas del alma.
Son las hadas del bosque negro que invierten su tiempo en conjurar deseos e invocar a Morfeo.
Ahora que sueño despierto y duermo solo se que tengo que invertir mi tiempo en un caza mariposas gigante para atrapar las metáforas de esta vida.
Con el seguro que las cosquillas no adivinan donde pueden hacer más efecto.
Me miras y se me caen las pestañas.
Pienso en tu cama y los ojos se me empañan.
Creo puntos suspensivos por no acercarme al final del camino.
Se que me muero en este sitio y que me cuesta describirlo.
Necesito un viento un vuelo violado que viole los cambios y embarace mi ser de nuevos sonidos, de nuevos lugares, de nuevos amigos, de tiempo sentido invertido en caricias para la noche.
Baja el volumen de la televisión, hazte el favor, y concéntrate en el sonido exterior que revolotea en este día de sol.
Salió el sol de luna llena enamorado separados por infinitos kilómetros de dolor.
Seguro que él también le escribe poemas a la luna, pero solo cuando está llena, llena de vida, de luz, de rabia contenida, de sexo sin sentido, de conchas en un mar de suspiros.
Ahora que sabes que puedo volar pregúntame a dónde cojones me voy cada noche cuando no me oyes roncar.
Me vuelvo más duro, más frio, porque por dentro soy de plástico fino y de verano en mi ciudad.
Soy como el mármol, creo que si me intentas tocar lo mismo te da calambre.
Voy a esculpirme en un tótem de madera de ébano, para hundirme en tu mar donde se que piensas y se que sientes. Bajo el agua, como un pez, tiburón de metal demoníaco con ojos rojos como el corazón de rubí de un poeta, se que bajo el agua como un pez te mueres de sed.
Venga a rezar como borregos al dios del misterio.
Venga a follar como conejos y dejar el mundo para luego.
Venga vamos a callar como insectos de hielo y a tragar la mierda como buenos cerdos.
Vamos venga corre salta esta valla de falsa esperanza, yo te espero allí sentado en la calma que este verde prado puede regalarme y cuando aquí te vea a mi lado te diré un secreto.
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"No solo volar por el cielo es ser libre"
También tienes que creértelo.